De Fidel quedarán las cenizas…de la fidelidad, las finanzas públicas hechas cenizas
Concurrente con la muerte de Fidel Castro, la corriente política definida como “la fidelidad”, asentada en Veracruz desde hace doce años, entró en sus estertores finales.
La casi segura salida de Luis Ángel Bravo Contreras de la Fiscalía General del Estado, es la entrega del principal reducto que aún conservaba el grupo liderado por Fidel Herrera Beltrán, por lo tanto, no sería nada extraño que quien sustituya a Bravo, se convierta en el responsable de aplicar la ley a todos y todas aquellas que la infringieron en forma contumaz.
A diferencia del comandante, que dejó el control, vía dedazo, en manos de su hermano Raúl, Herrera Beltrán se empecinó en ungir a su hijo putativo, Javier Duarte, como su sucesor, descarrilando con ello a la clase política tradicional de su partido, las consecuencias del error están a la vista y son de un costo altísimo para la ciudadanía.
Cuba y Veracruz, tienen una relación histórica en muchos ámbitos, sobre todo en lo cultural, hoy, esos vínculos nos podrían servir para estudiar mecanismos alternos para paliar la crisis, incluso, no sería descartable llevar a cabo convenios de cooperación técnica, habría que analizar la posibilidad.
Regiones caracterizadas por la alegría de sus habitantes, por sus sensuales ritmos musicales, hoy veracruzanos y cubanos nos hemos quedado en aburrido sonsonete de un solo género: el lamento. Lo anterior, debido a la grave situación económica que impera, aunque claro, por distintas circunstancias.
Pero bueno, ya viene el carnaval yunista en jarochas latitudes y tendremos oportunidad de ‘quemar’ algo más que el mal humor. Las reglas cambiaron.


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