Después de 39 días de campañas electorales en donde la demagogia, el mensaje vacio, la falta de propuestas son el común denominador, los ciudadanos avizoran la conclusión de las mismas como una forma de alcanzar una salida al absurdo permitido por el Instituto Nacional Electoral (INE) que desarrolla el juego electoral bajo estos escenarios.
Aun bajo el desalentador horizonte, los ciudadanos veracruzanos deberán ejercer un derecho, que conlleva también una obligación constitucional de asistir y votar el próximo 7 de junio.
Pero algo comienza asomarse en el espectro del proceso electoral, una propuesta, una iniciativa que convida a los ciudadanos a acudir a las urnas, pero sin ejercer su voto a favor de alguna de las propuestas registradas para ello.
Es así como el fantasma de lo que se ha denominado voto nulo, comienza a proliferar entre algunos segmentos poblacionales.
En este contexto, se percibe un franco desinterés ciudadano en votar en las elecciones por una parte; a la vez que un grupo indeterminado de ciudadanos indignados promueven el voto en blanco o el voto nulo como forma de protesta en contra del sistema de partidos y de los Partidos Políticos en sí mismos.
Cualquiera de estas alternativas de acción, no votar, votar en blanco o anular su voto, incluso la ocurrencia de votar por un candidato no registrado, sea “Cantinflas”, el “Gato Morris” o cualquier otro animal son una pésima decisión.
Pero permítame explicarle el ¿Por qué?
Cuando el ciudadano decide no votar por algún Partido Político o candidato independiente, no anula su voto, sino que anula su voluntad, y en ese acto se somete a los designios que tome la mayor minoría; y tristemente, esa minoría actúa en masa, de manera irreflexiva, generalmente motivada por la obtención de un beneficio inmediato, ya se lo pasaron a traer a usted.
Además un voto nulo (por cualquier vía) es un voto que se va a la basura y antes que servir de mecanismo de protesta en contra del sistema de partidos y de los Partidos Políticos en sí mismos, les favorece pues incrementa la plusvalía de la votación que obtienen; de esta manera, a mayor votación anulada, los Partidos Políticos, sobre todo los que tienen mayor participación en el mercado electoral, tienen acceso a más dinero del financiamiento público, y en el caso de la elección que tenemos en puerta, significa para los partidos mayoritarios más curules de representación proporcional.
Así es, no acudir a votar o anular el voto, es hacerle el caldo gordo a la partidocracia mayoritaria, pues capitalizan la no participación y la votación anulada en más recursos y más posiciones en el Congreso; esto sin tomar en cuenta que les es más fácil ganar en los distritos, pues los Partidos Políticos mayoritarios por lo general tienen un porcentaje de votación “garantizado”, de está manera, con su voto duro, aseguran su participación hegemónica en el Congreso.
Entonces ¿qué deberán hacer los ciudadanos?
La respuesta es simple, votar, que se encuentre decepcionado del sistema político, no justifica el dejarle paso libre a los mismos de siempre, explorar alternativas como el voto de castigo, o el voto útil, este último ejercicio permitió la alternancia en el año 2000.
Ejemplos de que el voto funciona existen muchos, basta recordar la elección a gobernador del 2004 donde se logró un resultado muy cerrado entre tres candidatos; situación que determinó que quien resultó electo gobernador tenía en contra dos terceras partes del electorado. Esta situación obligó al entonces gobernador Fidel Herrera a signar un Acuerdo para la Gobernabilidad y el Desarrollo con las fuerzas políticas, provocando con ello un ejercicio de diálogo, consenso y consulta ciudadana del que derivaron un nuevo Código Electoral, el IVAI, el Instituto Veracruzano de las Mujeres, entre otros.
Sin embargo la situación cambió, cuando en el siguiente proceso electoral el entonces gobernador Herrera Beltrán se hizo de la mayoría en el Congreso Estatal, lo que lo le garantizó el control absoluto, le alejo de la oposición, y por consecuencia, lo dejó en la plenitud del pinche poder, que tan caro ha pagado Veracruz.

Al tiempo.

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