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Molestia en la familia priista
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2015-03-20 - 10:51
Amadeo Flores Espinosa anda molesto.
También Jorge Uscanga… y Miguel Ángel Díaz Pedroza y Eduardo Thomae, Arturo Nájera, Francisco Berlín, Rebeca Arenas, Fernando Sánchez, Manuel Ramos Gurrión, los Yunes rojos, Héctor y Pepe, Harry y Rafa Grajales, el amigo de los periodistas Ambel, Susana Torres, Nemi y muchísimos más cuya lista podría llenar varias columnas.
Han transcurrido diez años desde aquel infausto 2004 en que el gobernador Fidel Herrera Beltrán decidió desmarcarse de la clase política tradicional por dos razones:
Una parte de ella no la jugó con él y la otra que desde el arranque estaba dispuesto a gestar una nueva generación de políticos.
Cinco mil jóvenes ingresarían a los cuadros de poder y de partido con la firme intención de cambiar, de renovar las estructuras con aportaciones refrescantes alejadas del burocratismo, de la corrupción, del maridaje con entes enquistados, pervertidos.
La idea era generosa para un pueblo ávido del cambio.
Así, la ruptura fue a rajatabla. Apenas consideró a rémoras como Carlos Brito y un par más incrustados en el gabinete para dar una plasta de maquillaje a la inconformidad.
La misma dinámica siguió al cambio de gobierno en el 2010, pero ya recrudecido el diferendo ante los nulos resultados de la imberbe Fidelidad-Duartismo que, ¡oh sorpresa! aprendió de Fidel todo, pero todo lo malo.
El aperturismo del arranque del nuevo gobierno dio oportunidad a la pluralidad en donde la derecha ganó posiciones cardenalicias y la vieja guardia fue, en efecto, incluida en posiciones de jerarquía, pero sin poder y, sobre todo, sin presupuesto.
Por ahí llegó Paco Portilla, también Uscanga, a Ramón Ferrari se le mandó a la cuenca y ya en el ocaso del Duartismo se incorporó a un grupo alemanista –Dalos, los dos Ferrari, Flavino Ríos, Ricardo García Guzmán, Pelegrín- para cuidar el cierre institucional de un gobierno convulsionado en lo financiero, amén de la fractura política.
Se buscó asimismo, el equilibrio roto por Reynaldo Escobar, esclavizando a Amadeo en la Procu, quien cumplió sin complicidades y, sobre todo, sin protagonismos o escándalos mediáticos. Amadeo Flores Espinosa se retiró en la discreción lastimado y burlado por Luis Ángel Bravo Contreras.
Hoy, sin embargo, el largo invierno termina.
La vieja guardia y los “ismos” ya empezaron a levantar cabeza. A manifestar que siguen vivos. Los “Viagros” despiertan y recuerdan que un puñado de votos deciden una elección y los aliancistas listos a la orden de su líder.
A ello se suma la labor soterrada de quienes expertos en la política hacen cadenas humanas con líneas de acción de cara a la sucesión gubernamental.
El tejido político está hecho girones.
Tiempo a tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo



Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.

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