28 de Abril de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
ODIO DECIR ¡SE LOS DIJE!
.
2014-12-12 - 09:15
Cuando por diciembre del año pasado –y no era Día de los Inocentes– cite en este mismo espacio que el primer priista, el gobernador Javier Duarte, pues, me comentó que traía en mente la de dos años y así lo revelé a la opinión pública, las descalificaciones no se hicieron esperar.
No se perdonó mi falta de seriedad, infantilismo, mi presunto doble lenguaje y chabacanería.
Al arribo del nuevo año de nueva cuenta evoqué la decisión de gobierno, abonando al tema el exitoso gobierno de dos años de Fernando Gutiérrez Barrios y lo mismo, la andanada de cuestionamientos y descalificaciones no se dejó esperar.
El 20 de febrero de este año acudí a la Coordinación General de Comunicación Social para felicitar a Alberto Silva por su nueva responsabilidad y ahí, en corto, me dijo que vendrían cambios en el gabinete y que se armonizarían los periodos electorales estatales con el federal a partir de la propuesta de reforma constitucional para imponer la elección de un gobernador por dos años.
Me citó asimismo el caso de Puebla, en donde a pesar de las protestas de grupos interesados, se cumplió sin problemas y con el respaldo ciudadano.
Así se publicó en este espacio, descalificando ahora no sólo a este opinador, sino al propio Silva, a quien acusaron de estarse confeccionando un traje a la medida con el apoyo de la Fidelidad y del Duartismo y con la bendición de Rosa Borunda y Karime Macías, lo cual era total y absolutamente cierto. Y cómo no sería así, si la política y el poder son de grupos, de facciones, de elites, de cofradías.
Ya para entonces la embestida yunista se le iría con todo a Javier Duarte.
Héctor y “Pepe” Yunes, al igual que el ciudadano Miguel Ángel Yunes Linares, se le fueron a la yugular, sumando a ello voces discordantes de una parte de la iniciativa privada, así como grupos políticos y partidos interesados.
Aquí mismo se insistió el 8 de julio, en la columna “Línea Caliente”, que “La de dos ¿Va porque Va!”, para también desatar ánimos encontrados de los que comen perro.
El 15 de julio, sin embargo, en el marco de un señalado resentimiento de Julen Rementería en contra de Miguel Ángel Yunes y su hijo Fernando por el arrebato senatorial, amén de las divisiones internas en el PAN, el mismo Julen lanzó la propuesta de reforma para la de dos años a nombre de la bancada panista.
El impacto fue demoledor.
Al recio panista lo acusaron de entreguista y hasta se juró por ésta que recibió 15 millones de pesos del gobierno. Julen, sin embargo, aguantó vara y se sostuvo en su posición y así lo ha hecho hasta el momento de escribir estas líneas.
El miércoles, 10 de diciembre, tras los exitosos resultados de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y la reconocida anfitrionía de Javier Duarte por parte del presidente Peña Nieto e invitados en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, es que se sucede el punto de quiebre.
Peña Nieto da luz verde y más rápido que aprisa el gobernador mueve a su alfil Erick Lagos para anunciar la de dos.
Lo demás ya es historia.
En todas las entregas periodísticas se ha venido insistiendo no sólo en la de dos, sino en que en esta disputa por el poder la punta de lanza es Alberto Silva para, como se sostuvo aquí, cerrar el ciclo de la Fidelidad-Duartismo sin desgarres, con un Congreso al día que revise sus cuentas y en preparación, luego de un mandato de dos años, de un gobierno sexenal que airee el ambiente político con nuevas propuestas, entre las que se incluye, no a Héctor y mucho menos a Miguel, pero sí a “Pepe”.
Por ahí está transitando el tren de la sucesión 2016-2018.
Por ahí es donde habrán de fincarse los empeños de un grupo en el poder que arrancó en 2004 y concluye en 2018.
Que si es legítimo o no, es otro cuento. Que si se embarcaron grupos ilusionados como la misma Vía Veracruzana, que apenas se la jugó el pasado domingo con Yunes, y que si hasta ayer a las diez de la mañana le hicieron el feo a Silva y que si Erick es el Diablo sin calzones, ése, insisto, es otro cuento.
Porque en la lucha por el poder, ¿no hubiera querido, Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador, dejarle a sus hijos Fernando o Miguel la estafeta o al mismo “Pepe”… o a su primo Héctor?
Por supuesto que sí.
En casi 40 años de observancia política y tras 21 años de enseñanza de don Fernando Gutiérrez Barrios, aprendí que el poder es vertical; aprendí que se comparte con los amigos y se utiliza a los aliados, y comprobé que el peor remedio es jugar a la alternancia o entregar la silla al adversario.
Ése fue el error de Zedillo.
Por cuanto a ¿en qué va a parar todo esto?.. pues es previsible que se llegue a un acuerdo con José Francisco Yunes Zorrilla, quien no se habrá de inmolar con todo y que ahora muestre inconformidad. El centro lo va a convencer y él es un hábil político, un negociador.
El tema Héctor la cúpula ha estimado que será un hueso difícil de roer ya que no quiere nada que no sea la candidatura. “¡Voy a ser gobernador, que no te quepa la menor duda!”, dijo, y está cayendo en graves descalificaciones al gobernador Duarte, con quien olvida pactó la senaduría.
La medicina que lo calmará se llama Manlio Fabio Beltrones.
¿Y Miguel Ángel Yunes Linares?.. Pues él ya no tiene de dos sopas.
La de dos años, por lo que se observa al interior del PAN, en donde sus bonos están a la baja, le es inviable y muy onerosa, ya que él mismo afirma que costará mil 500 millones, que sí tiene Duarte y no tiene Acción Nacional, y si él los tiene y los apuesta, abriría un ostión sujeto a la investigación por lavado de dinero.
Y para la de seis el destino sí le alcanza, pero para uno de sus hijos en 2018 o para su primo Héctor.
Como quiera que sea, hoy la definición está dada y quiérase o no, Javier Duarte está fortalecido hacia el centro y el poder de decisión está en sus manos.
Mañana, cuando el centro decida quién va para la sexenal, Javier Duarte ya no estará en Veracruz con todo y que ahora le endilguen propiedades en el extranjero y escándalos mediáticos.
El final del drama de la de dos años está muy cerca con una mayoría priista que respaldará, cueste lo que cueste, la Ley Duarte, tras lo cual, se lo adelanto, habrá de desatar una bufalada en torno a Silva –si no es que ya está activada–, quien verá desfilar pepistas, hectoristas, viagristas, el priismo tradicional, la prensa opositora que lo odia y desde luego, sus colegas –Erick, Mota y Carvallo–, que también la querían, no así el dedo del señor que la decidió por el “Cisne” desde 2004 y no 2010 o 2014.
Súmele.
Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo

Otras Entradas

Lo más visto