27 de Abril de 2024
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MONTANO Y SILVA
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2014-08-18 - 09:22
Pues este arroz… ¡apenas se está cociendo!
Con el “autodestape” de Alejandro Montano por una gubernatura de dos años tan rechazada por una parte de la clase política y en lo particular por los Yunes rojos, prácticamente quedan dos en la terna por la sucesión de Javier Duarte: el propio Montano y Alberto Silva Ramos.
Y como la reforma constitucional que homologa las fechas electorales para empatarlas con la federal no tiene vuelta de hoja y en 2015 va, pues habría que enfocar baterías hacia el gallo del alemanismo o el candidato de Javier Duarte.
Muchas línea habrán de escribirse con ese propósito, entendiéndose que al final entre la propia familia priista habrán de ponerse de acuerdo sobre quién tome la estafeta.
Pero ajeno a todo afán especulativo vale la pena evocar a un hombre que marcó a Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios, quien a pesar de que fue electo para un gobierno sexenal, sólo se mantuvo en el poder estatal por dos años, dos años que hoy no gustan a Héctor y “Pepe”.
Cuando arrancó el gobierno de Gutiérrez Barrios y a sabiendas de que sólo estaría 24 meses al frente de las instituciones veracruzanas, el dilema que confrontó fue construir un breve gobierno sustentado en el real ejercicio del poder o uno apoyado en la obra pública con la garantía total de seguridad pública.
Reunido con su staff más cercano se puso en claro que de llegar a la presidencia de la república el entonces secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, era muy probable que lo invitara a colaborar en el equipo presidencial a partir de 1988. Por ello había que planear qué gobierno local convenía.
Veracruz venía de un entramado de violencia.
La “Sonora Matancera” cumplía al pie de la letra con su sino; caciques de horca y cuchillo asolaban la entidad; el propio pariente de don Agustín Acosta Lagunes, Cirilo Vázquez Lagunes, tenía escriturado el sur de la entidad. Lo mismo sucedía con el centro y norte.
La violencia y el crimen campeaban.
Finalmente ya gobernante quien a su paso por Veracruz se convertiría en el “Hombre Leyenda”, se decidiría por el cabal cumplimiento de sus compromisos de campaña: atender añejas demandas, resolver el problema de la inseguridad, abrirse a la libre expresión y activar programas de empleo sin descuidar la educación.
Así, en sólo dos años de gobierno Fernando Gutiérrez Barrios dejaría huella tal que lo convertiría en el “Hombre Leyenda”.
¿Conviene pues, ser o no gobernador de dos años? ¿Puede despreciarse a Veracruz por el solo hecho de ser tan breve un gobierno?
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo

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