“El que no sirve para servir, no sirve para vivir”. Madre Teresa de Calcuta

El golpeteo al interior del gabinete del gobernador Javier Duarte no cesa, sus colaboradores han emprendido una campaña que pareciera más quemar banderas para proyectos personales, que para salvar el único y verdadero proyecto por el que están convidados, y que se llama Veracruz.
A lo largo de las últimas semanas el mandatario estatal ha tenido que enfrentar repentinos microcismas que más que favorecer a la conducción del estado, empañan y nublan más el horizonte.
Primero la salida intempestiva del entonces secretario de Finanzas y Planeación, Fernando Charleston, generaba tal ruido que muchos especulaban que el estado estaba en quiebra.
Mientras tanto los llamados a la mesura, al cierre de fuerzas en pos del proyecto más importante, valieron menos que un llamado a misa.
Apenas del regreso de unos días de asueto, el mandatario estatal se topó con un berrinchito más de uno de sus colaboradores.
Se habría hecho necesario ajustar cambios en la estructura de la Secretaría de Salud, ante la ola de quejas y reclamos por parte de diversos sectores que apuntaban que su titular, Juan Antonio Nemi Dib, simple y lisamente la ha convertido en problema financiero.
Y es que la visita del presidente Peña Nieto obligó al gobernador Duarte a perdonar su paso al cadalso.
Desde su llegada, Nemi Dib pasó de un tropiezo a otro, desde el pleito en que se enfrascó con Finamed, en el cual, dicen los que saben, no aportó un solo argumento válido, mientras que la empresa, por su parte, obtuvo un amparo del juez segundo de distrito residente en Xalapa.
Conocedor del entuerto, Nemi Dib hizo “mutis”.
Lo que vino después todos lo saben, cientos de inconformidades de trabajadores, que se lamentan ante la falta de equipo para realizar sus actividades, hasta quienes a últimas fechas exigen ser considerados en la homologación de plazas.
Los demandantes señalaron que Nemi Dib, simplemente, no les ha hecho caso, y aunque habrían intentado entrevistarse con él, no los recibía.
Se tuvo que quedar y aparentar que todo estaba bien, aun cuando el coordinador de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos, saliera a desmentir el dicho con un tuit y una fotografía, pero eso habla de que sólo le dieron un mejoralito al asunto.
Los problemas comenzarán a surgir, algunos medios han señalado serias ineficiencias en los hospitales veracruzanos, hasta el punto de que nosocomios se queden sin luz, por la falta de pararrayos, exponiendo la vida de quienes se encuentran en áreas de terapia intensiva.
Así las cosas cuando quienes están al frente de las dependencias sólo saben mover el espejito para deslumbrar las conciencias.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo