"Hace falta más valor para sufrir que para morir”. Napoleón Bonaparte

El ejercicio y práctica de la política se ha convertido en nuestro país, y en el mundo, en sinónimo de engaño, de mentira, de riqueza al amparo del contubernio y el poder; es, quizás, una de las profesiones más criticadas del orbe, donde cada paso es comentado y juzgado por los demás.
A lo largo de la historia Veracruz ha jugado un papel crucial dentro de la política nacional por haber sido, por muchos siglos, la puerta de México para el mundo, por tanto sus actores políticos se han consagrado entre el bien recordar y el olvido lapidario.
Con la llegada de la fidelidad a la entidad y la coyuntura priista de renovación de cuadros nacional, que intentase borrar la figura enmohecida de un partido impregnado de dinosaurismo, llegó a Veracruz una camada de políticos jóvenes.
De esta manera se integraron al escenario político nombres como el del mismísimo gobernador Javier Duarte, Erick Lagos, Alberto Silva, Salvador Manzur, Marlon Ramírez Marín, Erika Ayala Ríos, Carolina Gudiño y Elízabeth Morales.
De la mano en el escenario surgieron nombres de personajes que desde la operación administrativa y sin el reflector en el rostro comenzaron a operar para garantizar un mismo proyecto.
Nombres como Ricardo Benítez, Gabriel Deantes (hoy en el infierno), Tarek Abdala y Edgar Spinoso comenzaron a sonar para quienes saben cómo se mueve el pandero del poder.
Dicen quienes lo conocen, que Edgar Spinoso Carrera proviene de una familia de poder y dinero, y que a su llegada a la rectoría de la UV, Víctor Arredondo lo integró dentro de su equipo de trabajo.
Ya en tiempos de la fidelidad, el mismo Arredondo Álvarez lo convidó a encargarse de la Oficialía Mayor de la SEV, cargo que detentó hasta hace unos meses cuando se tuvo la necesidad de retirarlo del área para evitar que su conspicuo paso desatara furias innecesarias.
Ligado a la región de Martínez de la Torre, donde se mueven más cosas que ganado y naranjas, construyó su entorno de poder.
Pero su mayor fortuna, aseguran quienes le conocen, es la lealtad y la institucionalidad, mismas que le abrían valido transitar en tres sexenios, desde las sombras del poder a convertirse en el próximo candidato a la diputación federal por Martínez de la Torre.
La reciente fotografía del gobernador Javier Duarte, del alcalde martinense Rolando Olivares Ahumada y Spinoso Carrera, demuestra que en política pesan más las lealtades y los silencios perpetuos, que perfiles y grados académicos.
El mensaje es claro, Spinoso Carrera cuenta con la gratitud por su lealtad de quien ejerce, detenta y manda en Veracruz.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo