"Aunque digan la verdad, los mentirosos
no son creídos”. Marco Tulio Ciceron


México ha comenzado a dar los pasos necesarios para generar los cambios nacionales que por décadas mantuvieron en el retraso al país, competitivamente hablando; la nación jugó en franca desventaja sin contar con ellas.
Hoy, cuando los integrantes del Congreso de la Unión se unen para buscar consensos, un sector de las izquierdas actúa nuevamente bajo la premisa anquilosada de mantener el nacionalismo férreo y a ultranza de los energéticos.
En el discurso los partidos de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y del Trabajo, emplean la mentira para afirmar que se atenta contra la economía de las familias, más cuando el patrimonio de los mexicanos está en verdadero riesgo por no adecuar la legislación.
Pero ¿qué pasa en la realidad?, ¿por qué nuevamente la izquierda pretende distorsionar con su discurso la realidad?, se cuestiona gran parte de la sociedad.
La respuesta se avizora en el horizonte electoral de 2015, en donde pretenden reposicionarse en el espectro electoral, en donde muestran un claro retroceso entre la ciudadanía que ya no confía ni ve en sus acciones resultados reales ni concretos.
De entrada suena absurdo que gran parte de quienes componen las izquierdas ahora se intenten erigir como salvadores de la patria, cuando muchos de ellos en su momento fueron parte del sistema a través del propio Revolucionario Institucional.
Sus abruptas salidas se dieron por ya no encontrar cabida a sus verdaderos deseos desenfrenados por ostentar el poder, casos claros como el de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Dante Delgado, Manuel Camacho Solís y un sinfín más que se unen a la pléyade de resentidos del sistema.
Lo que jamás señalan es que al amparo del sistema de partidos y de la democracia en México han amasado verdaderas fortunas y capitales, que jamás obrero, campesino o jornalero alguno podrá disfrutar con el sudor de su esfuerzo.
Legisladores federales como Alejandro Montano Guzmán, del PRI, o Juan Bueno Torio, del PAN, aseguran que el tema es sólo de retórica y discurso, para buscar posicionarse con ello en el próximo proceso electoral federal.
Aun cuando la legisladora petista Lilia Aguilar Gil califique como “insostenibles” los argumentos en torno a los subsidios que se encuentran en la Constitución y que el libre mercado le hará justicia a los ciudadanos, la realidad es que ya se les conoce.
Ahora alegarán que desaparecerán los subsidios, mañana que el precio de la gasolina sube más, que la luz ya no es nuestra, que ¿por qué se tiene que rescatar a Pemex y a CFE en su fondo de pensiones?, pero lo que jamás dirán que como buenos mexicanos es que debemos contribuir vía impuestos con el gasto nacional.
¡Valientes legisladores que todo destruyen y nada proponen!

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo