Uno de los problemas más perniciosos que se han presentado en nuestro país desde 1997, es la imposibilidad de lograr acuerdos racionales en las cámaras federales y en los congresos locales, cuando ningún partido cuenta con una mayoría calificada. Salvo el cacareado Pacto por México, por lo general, las iniciativas topan con pared.
Esta falta de compromiso social, ha redundado en la corrupta costumbre de ‘cañonear’ a los legisladores opositores al gobierno del partido en el poder, para de esta forma obtener los votos requeridos y con ello sacar adelante cualquier iniciativa.
En Veracruz, el ‘maiceo’ a los diputados fue práctica común, aun fueran los propios priistas, también recibían su embute para ‘sensibilizar’ los músculos del brazo y con ello levantar el dedo.
Si hubo propuestas hechas con la víscera, fuera de toda lógica y beneficio para la ciudadanía, fueron las presentadas por Javier Duarte en su último año de gobierno y, para aprobarlas, siempre estuvo, solidario, el líder ‘charro’ del SNTE, Juan Nicolás Callejas, que se encargaba de ‘planchar’ a su grey.
Ahora, el lidercito ‘charro’ del SNTE, Juan Nicolás Callejas júnior, dice que su oposición a que se reestructure la deuda pública (y con ello disminuir los intereses), heredada de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, fue una decisión tomada de ‘manera muy responsable’.
Claro, los líderes ‘charritos’ del SNTE usan un diccionario diferente al de la Real Academia, en el que la definición de responsable es: dícese de la persona que cuando toma decisiones colegiadas, siempre piensa en un ‘guardadito’ para un retiro ‘digno’.
¡Ah, los priistas!, piensan que somos nuevos.


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