15 de Mayo de 2024
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LA INSOSLAYABLE BREVEDAD - Javier Roldán Dávila
La clase política de Veracruz se reacomoda
La desmemoria, como el amor no correspondido, provoca severos desazones
2017-03-09 - 12:44
La derrota del PRI en el pasado proceso para elegir gobernador, provocó un cisma que va más allá de la persecución legal de Javier Duarte y su pandilla (sin mucho éxito por cierto).
La permanencia durante 12 años de lo que se ha dado en llamar ‘la fidelidad’, además del duartismo, generó que la clase política de la entidad se agazapara (por ‘institucionales’), ante el arribo de una generación de esperpentos que se apropiaron del gobierno estatal.
Ahora, ante la huida de los corruptos personajes, el priismo de cepa se encuentra pasmado, intentando encontrar espacios que les permitan establecer una ruta crítica que, eventualmente, los lleve de nueva cuenta al poder.
Sin embargo, no es sólo este grupo el que quiere salir de la ‘viudez’, tanto en la izquierda como en la derecha, hay actores ubicados como hijos bastardos de ‘la fidelidad’ que andan buscando reconvertirse.
Es en este contexto que los dos faros que guían a los ‘desamparados’ se llaman PAN y Morena o si lo quieren en lenguaje llano: Miguel Ángel Yunes Linares y Andrés Manuel López Obrador, ambos referentes de poder real.
Es así como en las últimas semanas se han dado una serie de transfiguraciones que resultan ofensivas para los militantes honestos, tanto morenos como del blanquiazul.
Por lo tanto, por enésima ocasión confirmamos que a la partidocracia sólo le importa obtener posiciones sin reparar en los mecanismos por los cuales llegan a las mismas, claro, todo en nombre de la democracia y/o de Dios.
Así pues, vemos a duartistas y fieles arropados por Morena e igual desfiguro observamos en el PAN, desde luego, son recibidos después de ‘comprar indulgencias’.
Entendemos que el objetivo real es establecer ‘cabezas de playa’ a lo largo de Veracruz, para con ello preparar el terreno para el asalto a la gubernatura y Los Pinos, sobre todo porque existe la convicción de que el PRI tiene un seguro tercer lugar.
Pero no nos hagamos bolas, lo verdaderamente lamentable, aunque nos duela, es que si en Veracruz gana un priista abanderado por Morena o en Xalapa otro impulsado por el PAN, los únicos responsables serán los votantes. Los hombres del poder juegan su juego, los electores sabrán si lo convalidan.


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