La Bodeguita del Medio pasa a retiro, ya surgió otra más rumbosa a ritmo de la bamba
Quienes esto lean pensarán que es un desatino, pero créanlo: la electorización (valga el terminajo), de la vida cotidiana en Veracruz ya se está convirtiendo en un asunto de salud pública, particularmente está provocando estados mentales ahítos, o como dijeran los filósofos sotaventinos: técnicamente estamos hasta la ‘madre’.
El flamante minigobierno de Miguel Ángel Yunes Linares no cumple aún noventa días y ya estamos inmersos en una guerra sin cuartel, en la que las acusaciones (bastante intensas) van de un lado a otro. Suponemos que este no es el mejor entorno social para formar ciudadanos razonablemente civilizados.
Senadores y diputados que guardan silencio cómplice ante las tropelías y torpezas del gobierno federal y el Tlatoani, se convierten en severos jueces acá en su demarcación. Periodistas que durante años no vieron las irregularidades del tamaño de la pirámide de los Nichos del Tajín, ahora detectan con precisión milimétrica todo tipo de errores.
Comentócratas, desde su zona de confort en la Ciudad de México, pontifican sobre lo que ocurre en la entidad para tratar de orientar a las y los atribulados veracruzanos. Sin embargo, la mayor parte de las veces utilizan premisas sesgadas a las cuales atribuyen cualidades de teorema. Sólo enrarecen más el ambiente.
Tradicionales militantes de partidos derechosos, al ser bateados en su búsqueda de una candidatura, hoy se amarran en el pescuezo la ‘pañoleta roja’ del proletariado y, plañideros, se suman al movimiento de la esperanza con el poder de su firma para comprar indulgencias. La familia revolucionaria también migra hacia la ‘regeneración’.
Por otra parte, muchos de los que llegaron en el gobierno de la alternancia, repiten sin rubor los vicios que cuestionaron, los escándalos de alcoba y la ineficacia se han convertido en lugar común. Obviamente, su torpeza se convierte en un festín para sus detractores, no puede ser de otra forma.
Diremos, para concluir, que los que se asumen como férreos defensores de la democracia, el bien común y la justicia social, deben ser como la mujer del César: ser y parecerlo.
Posdata: mientras el dúo dinámico a las puras risas.

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