28 de Abril de 2024
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Entre mujeres te veas…
“En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él.” Margaret Thatcher
2016-04-23 - 10:03
Impactó a todo nuestro país y hasta a nivel internacional la difusión de un vídeo en donde se ve a una soldada y a una agente de la policía federal torturando a otra mujer para hacerla hablar, para sacarle alguna información. En cuanto a lo que se observa en el vídeo en sí, y en cuanto a su difusión en tiempo y forma, hay varios aspectos un tanto intrigantes.
Bien inquirió Joaquín López Dóriga en su noticiero que “¿quién les enseñó a torturar?” Porque en verdad sorprende la destreza, la facilidad con la que toman el plástico y le envuelven la cabeza para asfixiarla; no hay titubeos ni duda; impertérritas hacen su trabajo, sin demostrar emoción alguna, como si lo hubiesen realizado en innumerables ocasiones. El titular del noticiero televisivo más difundido en México, también señaló de manera certera que había un tercer torturador: el que tomó el vídeo.
Este último aspecto reviste al asunto de un entorno que contribuye al enigma. Las involucradas parecen estar totalmente conscientes de que se les está filmando. Es decir, no se trata de uno de esos casos en que con una cámara o celular escondido, sin que el o los participantes se den cuenta, se les filma en un acto poco ético o se les graba diciendo algo comprometedor. No. En este caso quien tomó el vídeo lo hizo abiertamente y las torturadoras, repito, están conscientes de ello.
Está el asunto de los tiempos. Los hechos ocurrieron el 4 de febrero de 2015, es decir, hace más de un año, y los involucrados e involucradas ya están procesados (por parte de la SEDENA) y en la cárcel. ¿Por qué difundir el vídeo en estos momentos?
Es evidente que es uno más de los intentos de, por un caso excepcional y aislado, desprestigiar a nuestras fuerzas armadas. Estamos en medio de la controversia de que tanto los militantes de izquierda mexicanos, como los “expertos” extranjeros izquierdistas quieren de manera obsesiva y falaz inculpar a nuestro Ejército en los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero en septiembre de 2014, el famoso caso de los 43 delincuentes que fueron secuestrados y asesinados por otros delincuentes.
Todos esos intentos de los zurdos en contra de nuestras fuerzas armadas provienen principalmente del hecho de que desde hace ya varios años, las encuestas del INEGI demuestran que la institución en la que más confía el pueblo de México en su inmensa mayoría es el Ejército, sólo después de la Iglesia católica.
Porque ¿en manos de quién estaba el ya famoso vídeo si quien lo tomó tuvo que haber sido miembro ya del Ejército o ya de la policía federal? ¿Y para qué se filmó el acto de tortura? ¿Puro fetichismo? ¿O ya se tenía de antemano la intención de utilizarlo posteriormente con algún fin?
Y finalmente respecto a este caso. Algo que algunos comunicadores simplemente no le dan importancia y otros ignoran con toda la intención, y que a mí me parece que tiene una gran importancia simbólica: las dos torturadoras eran eso, mujeres, tanto la soldada como la agente de la policía federal. ¿No será ese otro de los elementos que se tomaron en cuenta cuando se decidió la difusión del vídeo, haya sido quien haya sido? Igualdad de género, tanto que se insiste en ello. Si hay torturadores que haya también torturadoras; por lo menos al 50% ¿no?
Algo inusitado fue el acto caballeroso de ofrecer disculpas por parte del secretario de la Defensa el general Salvador Cienfuegos, a pesar de que los malos elementos ya están procesados desde que ocurrieron los hechos, hace más de un año.
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La torturada, secuestradora y extorsionadora

Como suele suceder, ahora la mujer que en el vídeo aparece sometida a vejaciones, ha sido transmutada a víctima y hasta mártir por la opinión pública.
El hecho de que haya sido torturada no le quita lo delincuente. Ella (la víctima en el vídeo) está en la cárcel purgando condena por posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, secuestro y extorsión. Hay pruebas contundentes en su contra, incluido el testimonio de los secuestrados y extorsionados que la señalan directamente a ella y a dos de sus cómplices como la responsable del crimen. Digo esto porque el rebote de la tendencia se sale de madre y la opinión pública se vuelca en sentido contrario y ensalza como pobrecita víctima del “malvado” Estado a esa criminal. Algo similar a lo que ocurre con la apreciación de lo acontecido a los 43 ladrones y alborotadores de Ayotzinapa.
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Un suceso hermoso y simbólico

El día que se dio el terrible viento que derribó espectaculares, árboles y causó estragos en la Ciudad de México, ocurrió un suceso bastante peculiar.
Cuando los miembros de nuestro Ejército se disponían a bajar y doblar, como es su costumbre por las tardes, la enorme bandera del zócalo de la capital del país, el feroz viento infló el lábaro patrio y lo convirtió en una verdadera vela de barco impulsada por ráfagas huracanadas.
Los militares empezaron a caer al tratar de sostener ese ejemplar gigante de nuestra enseña tricolor, tomando en cuenta que la bandera no debe tocar el piso, y algunos de ellos eran arrastrados aferrándose valerosamente a ella.
Entonces ocurrió algo inusitado y, efectivamente, hermoso y simbólico.
La gente que, a pesar del vendaval, estaba paseando por allí, principalmente señoras y niños, corrieron a ayudar a los soldados. Militares y civiles finalmente sometieron a la hostil naturaleza y lograron felizmente llevar a buen resguardo nuestra enseña patria.
El hecho quedó grabado en vídeo y la imagen queda como aliciente para todos nosotros: la bandera ya doblada de arriba abajo, y a lo largo, sosteniéndola con los brazos en alto, entreverados, soldados y civiles entre los que destacaban, como decía antes, muchos niños. El símbolo de la Patria, el pueblo y su Ejército. Me conmovió; lo confieso.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

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