04 de Mayo de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
La “guerra civil endémica”
.
2016-03-19 - 09:39
Una vez más nuestro estado se encuentra atrapado en esa vorágine que el filósofo francés Jean Haupt denominó “guerra civil endémica”, es decir, la lucha electoral partidista, la temporada de campañas en pleno, para elegir gobernador y diputados locales. El término resulta acertado porque el encono entre conciudadanos se exacerba hasta límites a veces de muerte; sin exagerar, ya que en pueblos y zonas conflictivos se da hasta el asesinato de candidatos. Los insultos, los golpes bajos, las calumnias, la guerra sucia entre los contendientes es ya nuestro pan cotidiano, y eso que oficialmente las campañas empiezan el 3 de abril.
El partido en el poder utilizando toda la fuerza del Estado para imponerse; la oposición exagerando y hasta inventando los males para desprestigiar al gobierno y así restar votos a ese partido gobernante; ¿y qué decir de los millones de pesos erogados en propaganda partidista y en la organización de las elecciones cuando, volteando a otro lado vemos, por ejemplo, el desabasto de medicamentos en las clínicas del IMSS y del Seguro Popular? ¿Realmente vale la pena y el dispendio esta democracia electoral? ¿Acaba a final de cuentas el electorado eligiendo la mejor opción, al individuo que como diputado local o gobernador va a actuar con probidad y con real espíritu de lograr el bien común? Considerándolo empíricamente es obvio que no.
En su libro “Les piliers de la Democratie” Mario Saraiva narra la siguiente parábola: “Se cuenta que, llamado a votar, un ciudadano inglés se preparó escrupulosamente para cumplir con sus deberes de ciudadano.
“A lo largo de semanas tomó conocimiento de las declaraciones y manifiestos de los candidatos; leyó los periódicos de todas las tendencias, de la primera a la última página; asistió a todas las reuniones públicas; leyó toda clase de obras sobre filosofía política, económica y sociológica.
“El día de las elecciones, teniendo formada su opinión, y habiendo tomado una decisión, se levantó temprano, se afeitó, se vistió con sumo cuidado, y provisto de hongo y paraguas se dirigió hacia la oficina de votación. De camino encontró a su viejo portero ligeramente ebrio (¡las elecciones, qué diablo, se celebran!), que acababa de emitir alegremente su voto.
“Entonces nuestro inglés volvió a su casa, tiró su papeleta al retrete, opinando que era inútil votar, ya que su voto podía ser anulado por el de un viejo borracho analfabeto”.
Sé que algunos se han forjado casi un dios de la democracia, pero me temo que quienes deciden por su cantidad quién gana en los sufragios son esos “borrachos analfabetos”, es decir, personas que no tienen ni la más mínima preparación intelectual ni consciencia cívica para poder discernir entre los candidatos; sin embargo, votan. ¿Se ha preguntado, estimado lector, por qué los partidos gastan tanto en bardas pintadas, anuncios de radio y televisión, carteles, etc.? ¿Alguno de ustedes, como personas informadas (si están leyendo esto es porque son ciudadanos informados), van a decidir su voto influidos por toda esa propaganda? Definitivamente no. Pero el hecho es que la inmensa mayoría, por ignorancia o indolencia, o las dos cosas juntas, sí se dejan manipular por la propaganda electoral.
Estudios estadísticos y psicológicos de empresas encuestadoras demuestran que la mayoría de los electores deciden por quién votar ¡en el momento que ya tienen la papeleta y el crayón en las manos! Y es palmario que a la hora que esas personas cruzan el logotipo de un partido lo van a hacer bajo el influjo del bombardeo propagandístico extrínseco que recibieron.
Así que esperar el surgimiento y empoderamiento de los mejores hombres de estado por medio del concepto del sufragio universal, ni lo soñemos.
Y esto no sucede sólo en México – hay que decirlo –, se da en mayor o menor grado en todos los países, incluso los considerados “cultos” como Francia o Alemania. Hitler, por ejemplo, llegó al poder y se mantuvo en él por la vía democrática.
En Guatemala el pueblo eligió como presidente a Jimmy Morales, que es algo asó como el Eugenio Derbez de ese país.
En 1987 los italianos eligieron como diputada al Parlamento a Ilona Staller “Cicciolina”, actriz – si es que se le puede llamar actriz – de películas pornográficas.
Ahora algunos se sorprenden por el fenómeno Trump. Es lo mismo; a veces al electorado le da por votar por puro morbo; con una actitud de “a ver qué sucede”. Y en este caso cometemos el error de enfocarnos en el individuo Donald Trump. Cada vez que ataca a los mexicanos sube en las encuestas. Eso es lo que debiera preocuparnos; no lo que esa persona hable contra México, sino que cada vez que lo hace más gente lo apoya en Estados Unidos. Apenas está en la fase de precampaña para obtener la candidatura de su partido, y algunos no creen que, aún obteniéndola, pueda ganarle a Hilary Clinton… pues yo no estaría tan seguro. Mi apreciación personal es que el señor Trump sí tiene posibilidades de llegar a la presidencia. Pero bueno; veremos qué sucede en los próximos meses.
Escuché a una analista política criticar al electorado de Cuernavaca, Morelos, por haber elegido como alcalde al ex futbolista Cuauhtémoc Blanco… Lo mismo; esa analista tiene un concepto demasiado idealizado de lo que es la democracia electoral.
En Venezuela eligen al anacrónico socialista Nicolás Maduro, que dijo que el fallecido Hugo Chávez se le apareció en forma de pajarito, y que hoy tiene sumido a su país en la peor de las miserias, a pesar de la riqueza petrolera de esa nación.
Aquí, la democracia electoral hizo gobernador de la capital del país, y luego dejó a punto, dos veces, de llegar a la presidencia, al esquizofrénico Andrés Manuel López Obrador… en fin.
¿Pero qué otra opción tenemos? ¿Monarquías otra vez? ¿Dictaduras como la de los Castro en Cuba? ¿Gobiernos militares de derecha?
Me parece que insistir en la educación del pueblo es el camino correcto a seguir para que por lo menos un mayor porcentaje del electorado tenga la suficiente preparación política-intelectual para poder tomar la mejor decisión.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

raulgm42@hotmail.com

Otras Entradas

Lo más visto