“Errar es humano, perseverar en el error es diabólico.” - San Agustín de Hipona.

Cuando a un se llora la partida física de su fundador y rector Guillermo Zúñiga Martínez, la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), enfrenta uno de los episodios más complejos y convulsos de su corta existencia.
Cuáles verdaderos bucaneros o piratas los directivos de tan noble institución se pelean por el botín, sin preocuparse por el destino de la nave, viaje a la deriva, o naufrague en su intentona visceral por controlar el organismo, del cual, pretenden saquear, los otrora herederos del proyecto del maestro Zúñiga, gestan una cruzada que acabará por perjudicar a los dos elementos más valiosos de la UPAV: sus maestros y estudiantes.
Las intentonas por demás absurdas de algunos responsables de área, los ha llevado por entablar una disputa, que más que sumar a mejorar la calidad educativa de la institución, pretende en convertirla en sucursal de una escuela particular, en donde el coste de las propias carreras, maestrías y doctorados les generé una renta, cual patente de corso beneficie a sus aliados y a ellos mismos.
De esta manera, se sabe que personajes como el director de Educación Superior de la UPAV, Francisco Arturo Palacios Rodríguez, se encerró toda la noche en la oficina del rector el mismo día que éste dejara de existir, para en complicidad con otros más hacerse de los títulos profesionales que habría dejado signados el maestro Guillermo Zúñiga para en su momento otorgarlos a los egresados de las diversas carreras, durante su periodo de convalecencia.
Ante el inminente negocio que se podría representar, el referido Palacios Rodríguez expidió títulos a favor de quienes estuvieran en la posibilidad de otorgarle cantidades superiores a los cinco mil pesos, y con ello, adelantar la tramitología que todos los egresados deberán cubrir para lograr su título universitario.
Aunado a ello, el nepotismo vigente se ha visto reflejado en el actuar del director de Administración y Finanza de la UPAV, Andrés Blancas Portilla quien sin empacho contrató como jefa de Recursos Humanos de la Institución Académica a su nuera de nombre Débora, y a la cual después de ejercer el encargo despidió por el simple hecho de a ver terminado su relación con su hijo y colocando a Juan Carlos Zumaya Gómez, para suplirla.
Ahora en la intentona de muchos por ocupar el espacio dejado por el extinto maestro Zúñiga Martínez en la rectoría de la UPAV, personajes de la calaña de Francisco Palacios y Andrés Blancas, ya están planeando cómo hacer la maniobra de abordaje y apoderarse del control de tan noble institución.
Ya salió el peine!
Se sabe que estos dos malandros han comenzado a correr gente por no compartir sus ambiciones desmedidas.
Dicen los colaboradores honestos de la UPV que haciendo esfuerzos desmedidos por fingir, y aun tratando de ocultar la alegría que le causó la muerte del maestro Guillermo Zúñiga Martínez, el pastel ya se lo quieren repartir quedándose con la mejor tajada o mejor dicho con todo si es posible, porque su hambre y ambición es igual a sus barrigas.
De este modo, es como Francisco Palacios, conocida en el bajo mundo como "La Cochina Negra" y a su compinche y amigo de juergas Andrés Blancas, han comenzado a repartir entre sus huestes los mejores puestos, presumiendo de tener desde siempre el poder en la UPAV.
Es urgente que la Contraloría General del Estado intervenga de inmediato, pues se sabe que es común que con cargo al presupuesto de la UPAV ambos personajes se den gusto con jóvenes extranjeras, de traficar con la educación, de vender títulos, de ofertar con ambición la educación al mejor postor.
Esperemos que pronto pongan un alto a sujetos de esta calaña, porque el proyecto pedagógico y académico de la UPAV no puede estar dispuesto para un abordaje tan burdo.

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com
Twitter: @LuisBaqueiro_mx

Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.