"Hasta la desgracia llega a cansar”, Séneca

Dicen que soñar no cuesta nada, que imaginar es el paso inicial de la construcción de las grandes empresas, pero soñar ser bajo el amparo, auspicio y financiamiento de los veracruzanos, eso es no tener vergüenza.
Eso sí que ¡está cabrón!
Ése es el escenario que actualmente viven y sufrirán los pozarricenses de consumarse la candidatura a la diputación federal de un gris personaje que el único mérito que acumuló en su carrera fue ser servil y fiel a personajes de obscuros intereses.
Juan Alfredo Gándara Andrade habría nacido en Poza Rica un 22 de julio de 1967, egresado de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la UV y actualmente aspira a ser maestro en Comunicación Política.
Quienes le conocieron en sus inicios aseguran que se desenvolvía como mozo de Luis Velázquez, hasta que logró allegarse al entonces diputado federal Fidel Herrera, cuando fraguaba la gubernatura de Veracruz.
La sociedad entera sabe el resultado de su paso por la titularidad del Poder Ejecutivo, los resultados por demás desastrosos, puentes construidos, inaugurados y vueltos a inaugurar en su afanosa intención de hacer creer que resolvía todo.
Con un control férreo de la comunicación social, Herrera Beltrán empleó los oficios de Gándara para cooptar a través de los billetes las buenas conciencias de los periodistas.
Gándara será recordado por su transformación personal, que no física, desde que ostentó su cargo; sus antiguas amistades le dieron la espalda ante la serie constante de arbitrariedades y verdaderos atracos hechos al gremio.
Hay quienes afirman que en el boom generado por Herrera Beltrán para la entrega de concesiones de taxis, cientos de comunicadores se verían beneficiados.
Lamentablemente Juan Alfredo tenía otros planes. Amparado en su cargo gestionó para él las concesiones de muchos de los periodistas, a los cuales sólo les quedó la promesa de algún día encontrarse al entonces gobernador Herrera para recordarle su incumplimiento.
La conexión Herrera Beltrán-Gándara Andrade daría para más. Durante su sexenio ocupó la Coordinación General de Comunicación Social, así como la presidencia municipal de Poza Rica, para desgracia de sus habitantes.
Y es que el aún diputado local por Poza Rica dejó pésimos antecedentes a su paso por el ayuntamiento, el cual fue demandado por Pemex por la compra del predio Parador Urbano, así como por el adeudo con la Promotora Ambiental, SA (PASA) por un monto de 82 millones de pesos aproximadamente, que se redujo en tribunales a poco más de 34 millones de pesos.
Ahora Gándara Andrade aspira a ser diputado federal, nuevamente a expensas de los pozarricenses.
¿Es posible?
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo