Una vez más se confirma que en nuestro país y en Veracruz, la sociedad tiene una memoria selectiva, una memoria extraña que raya en una actitud por conveniencia, empleada para traer al presente hechos o sucesos que les interesan, pero claro cuando estos aparecen en televisión nacional, todo mundo vuelve los ojos nuevamente a algo que ya se sabía, solo que a nadie le importó en su momento.
Ese lastimoso escenario ocurre en Tierra Blanca, Veracruz, en donde la insuficiencia renal crónica es pan nuestro de cada día desde hace ya más de 25 años, ahora solo bastó que los medios asentados en la Ciudad de México se dieran por enterados para que entonces se ponga a temblar a toda una estructura gubernamental, mientras que en la aldea, el tema ha sido agotado por cientos de escritos, notas, columnas, sin que hasta el día de hoy se tenga una respuesta oficial al tema.
En 1990 se comenzó a detectarse en la famosa Novia del Sol un aumento inusual en la incidencia de enfermedades renales, documentado quedo el esfuerzo de los integrantes de la Asociación Civil "Comité Pro Desarrollo de la Cuenca del Papaloapan" quien comenzó el recabar datos ante la falta de información oficial.
Así tras los primeros esfuerzos se tuvo conocimiento de los primeros datos sobre personas fallecidas por insuficiencia renal crónica, por desgracia y como es común las autoridades tanto municipales y estatales optaron por la solución más fácil, hacer como que no pasaba nada.
El problema continúo sin que se atajara de raíz el problema, según datos de la Secretaría de Salud del Estado de Veracruz, entre los años 2008 y 2012 se presentaron 245 defunciones por insuficiencia renal en Tierra Blanca.
Ya para el 21 de noviembre de 2013, el entonces secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib afirmaba que el fallecimiento de este número de pacientes en una población que en Veracruz tiene una población de 320 mil habitantes con diabetes mellitus, no era representativa, más cuando al menos el 30 por ciento de ellos enfrentarían problemas de nefropatías.
El mismo Nemi Dib advirtió que se habrían desarrollado varios estudios serios, un protocolo de investigación, en donde participan entidades del Politécnico Nacional y de la UNAM, sin que al momento se conozcan los resultados del mismo.
Ya para el 11 de diciembre de 2013, Víctor Hugo Pérez Osorio, el entonces titular de Protección Contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Salud en Veracruz confirmaba que luego de cuatro años de estudios, la dependencia, resolvía que el agua no era la causa de los males renales en el municipio de Tierra Blanca, pero en su momento aclaró, se iniciará un nuevo estudio o protocolo llamado "Prevalencia de insuficiencia renal en menores de 20 años".
Según informaba en su momento el titular de la Cofepris el estudio aseguraba la no existencia o presencia de plaguicidas, hidrocarburos, metales, no metales, es decir, los estudios físico-químicos del agua en más de 4 mil 700 muestras fueron negativas.
Ahora tras una serie de entregas periodísticas, el tema será de nueva cuenta tema en la entidad, mientras que la muerte silenciosa continuará cobrando vidas en la región sur, sin que al momento se tenga respuesta científica contundente de las causas que han provocado la incidencia de padecimientos en la zona.
Solo queda cuestionarnos ¿donde están los millones de pesos invertidos en tiempos del gobernador Fidel Herrera?, ¿donde quedo lo invertido en esta administración?
El silencio confirma que este como otros temas –incluida la pobreza–, las justificaciones sobran, pero lo que realmente menos importa es atenderlas, qué más da, cuando la crisis financiera los tiene hundidos en el fango de la insolvencia económica y moral.
Al tiempo.

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