SANGRIENTAS FIESTAS DE XICO

ALCOHOL, MAL CONSEJERO... La estupidez humana, dicen, no tiene límites, y ello quedó comprobado con las personas que enfrentaron a los toros en las fiestas de Xico, donde una quedó, literalmente, destripada cuando el animal le enterró los cuernos en su humanidad. Esta vez no hubo voces para defender a los toros en las fiestas patronales de Xico. Esta vez, como de película, los astados tomaron venganza y arremetieron contra todo el que se les puso enfrente. El alcohol, que corrió a raudales, convirtió en muñecos de trapos a los intrépidos que osaron enfrentarlos, y hubo saldo sangriento. Por si fuera poco, un joven pereció en una riña que se suscitó, sí, al calor de las copas, y eso que las autoridades municipales declararon que la venta de alcohol estuvo regulada; lo bueno, que si no, imagínese cuánto desmán no habría ocurrido.


¿POR QUÉ NO ATIENDEN LA
INSEGURIDAD EN CÓRDOBA?

ALGO PASA EN LA ZONA CENTRO... La inseguridad en la zona centro, a decir de varios sectores, ya es insostenible, pues los robos están a la orden del día, sin contar los secuestros, baleados y un sinfín de tropelías que se cometen, sin que autoridad alguna pueda poner orden. Al paso que va, la zona centro será tierra sin ley. Y aun cuando es el terruño del gobernador, pareciera que a nadie le importa lo que pase ahí. Empresarios, transportistas y población en general ya no saben qué hacer ante el embate de la delincuencia, y si a ello sumamos el trago amargo de la dificultad económica, el panorama es más que desalentador, pues se habla de cierre de establecimientos, de transportistas que han tenido que vender sus unidades para sortear pagos y otras situaciones que tienen en jaque al que fuera un poderoso corredor industrial, donde hoy nadie quiere saber de él. Si los encargados de la seguridad pública no hacen nada, ¿a quién hay que recurrir?


REPRESIÓN CONTRA
DISIDENTES PETROLEROS

EN EL SUR, LA COSA ESTÁ DIFÍCIL... Y si en el centro la cosa está peliaguda, en el sur no cantan mal las rancheras. Allá, aparte de la inseguridad que también han denunciado diversos sectores, está la bronca con Pemex, donde trabajadores disidentes se han topado con que son obligados a jubilarse sin darles tiempo siquiera de alegar. Esta semana a los dirigentes de la Coordinadora Nacional por la Defensa del Petróleo, Leonardo Hernández Escamilla y René Marquina Cárdenas, se les impidió ingresar a sus centros laborales en el complejo Pajaritos, donde les notificaron que fueron sometidos al programa de jubilaciones especiales de Pemex. Revelaron que pudieron ingresar al área de recursos humanos de la factoría, pero que fueron sacados del lugar por elementos del Ejército mexicano. Calificaron estas acciones como represoras y advirtieron que no se quedarán con las manos cruzadas. Que Dios los socorra, porque la guadaña la tienen sobre su cabeza.


MENTES RETORCIDAS

CARDENISTAS ENFURECIDOS… Duro y a la cabeza se le fue el líder del Partido Cardenista, Antonio Luna Andrade, al gobierno del estado, al calificar a sus colaboradores como de mentes retorcidas, y sentenció que si no le devuelven los más de 30 camiones que le fueron retenidos ayer en diversos puntos de la geografía veracruzana, no se prestará al diálogo con la autoridad estatal ni mucho menos con el nuevo secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado.
"Algún funcionario con mente muy pequeña violenta el derecho de miles de veracruzanos”, dijo.
Denunció que le fueron retenidos camiones en Tuxpan, Cerro Azul, Papantla, Coatzintla, Poza Rica, Gutiérrez Zamora, Tecolutla, Misantla, San Rafael, Martínez de la Torre, Tlapacoyan, Vega de Alatorre, Yecuatla, Altotonga, Jalacingo, Perote, Las Vigas de Ramírez, Úrsulo Galván y otros lugares. También desde Las Choapas hasta Veracruz, de la misma forma que en Coscomatepec, Omealca y Chocamán. En total son 300 vehículos retenidos sin una justificación. Sin embargo, ahora pretenden responsabilizar a la Policía Federal, cuando fue orden del gobierno de Javier Duarte detener la marcha de los cardenistas que tenían programado llegar a Xalapa para manifestarse en contra de la Ley de Tránsito, conocida como ley recaudatoria. Ése es el meollo del asunto.