“Debemos ser el cambio que nos gustaría llegar a ver.” - Gandhi.

A 18 meses de que en Veracruz se dé el cambio de administración estatal, el fantasma de la alternancia ronda con mayor probabilidad que nunca.
En un estado, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha gobernado los 86 años desde su conformación, primero como Partido Nacional Revolucionario (PNR) y su subsecuente trasformación en Partido de la Revolución Mexicana (PRM) la percepción ciudadana respecto a su gobierno es cada día más negativa.
Aun cuando los resultados obtenidos durante el pasado proceso electoral apuntarían a que la situación es totalmente contraría, la sensación del ciudadano, comienza a dar esbozos de un hartazgo y por consecuencia la pronta venganza en las urnas.
Las cifras obtenidas en el pasado proceso electoral, demuestran la extraordinaria capacidad del estado para llegado el momento emplear todo a su alcance para garantizar una victoria aplastante, pero la realidad es que el próximo proceso electoral, será más caliente que una elección intermedia por el simple hecho de estar en juego la gubernatura.
Las cifras de aprobación reprobatorias arrogada por la misma encuesta que posiciona a Héctor Yunes Landa como el mejor calificado a suceder dentro del PRI al gobernador Javier Duarte lo confirman.
Y es que la encuesta elaborada por BGC, Ulises Beltrán y Asociados afirman que a la pregunta de opinión de las autoridades el gobierno de Javier Duarte solo alcanza el 4.9 de una escala del 0 al 10.
Y el tema se complica más cuando en la metodología se cuestiona, ¿Qué es mejor para Veracruz, que el próximo gobernador siga siendo del PRI, o que haya un cambio y que sea de otro partido?
Según la encuesta elaborada entre 24 al 27 de abril de 2015 se afirma que solo el 32 por ciento desearía que se diera la continuidad del proyecto político priista, ante un 55 por ciento que demanda un cambio por otro partido, ante un 13 por ciento que simplemente no contesto o no supo.
Ahora analizando fríamente, la encuesta el ciudadano tiene una calificación reprobatoria de la actual administración en temas como educación donde la suma de mala y muy mala alcanza el 42 por ciento; en construcción de caminos la cifra sube a 45 por ciento; apoyo a pobres 49 por ciento; atención a la salud 47 por ciento; seguridad pública 58 por ciento; apoyo al campo 52 por ciento; combate a la corrupción 58 por ciento; manejo de las finanzas del gobierno del estado 48 por ciento y creación de empleo 62 por ciento.
Aunado a este apocalíptico escenario, la inminente ruptura entre Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, se agudiza más, ante el evidente veto al proyecto de este último, demostrado tan solo, durante la pasada reunión entre el mandatario estatal y los legisladores priistas vencedores el pasado 7 junio, pues basto tan solo una fotografía, para mostrar que el piso no es parejo para todos, aun cuando se apunten otros en la contienda interna como Tomás Ruiz, Alejandro Montano, e incluso Erick Lagos Hernández.
Es evidente que la fuerza de Acción Nacional en procesos comiciales no intermedios es real, los cerca de millón 200 mil votos del último proceso comicial a la presidencia lo demuestran, por ello, el extraño silencio de Miguel Ángel Yunes Linares vaticina una verdadera tempestad.
Y aun que dentro del albiazul, Juan Bueno Torio levante la mano, la evaluación le llevaran a sumarse al proyecto mejor posicionado, y seguramente se sumará a Yunes Linares; que afirman algunos, se encuentra afilando la guadaña, para llegado el momento poner un escarmiento al exagerado desorden administrativo del actual gobierno.
Quizá por ello, desde el altiplano se afirma que el viso de la alternancia esta a la vista.

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com
Twitter: @LuisBaqueiro_mx

Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.