“Grave es el peso de la propia conciencia.”
Marco Tulio Cicerón

Una vez más Xalapa y sus habitantes sufren, padecen y hasta enferman de tanta manifestación contra las dependencias del gobierno estatal, el colapso social es recurrente en Veracruz desde que la presente administración ha tomado el dialogo como instrumento de negociación, dejando del lado lo que a la letra dice la Constitución.
Quizá pesa sobre los hombros de quien detenta y ostenta el ejercicio pleno del poder, el lastre que dejará la administración de Patricio Chirinos Calero, que en manos de su entonces secretario General de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares empleo la “Ley del garrote” como medida drástica de negociación.
Pero ante este horizonte, ¿qué culpa tienen los veracruzanos y lo digo en general de padecer las calenturas de algunos políticos en funciones?, ¿qué necesidad tienen los empresarios de seguir perdiendo millones de pesos, cada vez que se cierra el centro de la ciudad?, cuando aun la propia administración estatal los asfixia, al no cubrirles sus pasivos por servicios devengados.
Observe porque le comento esto, resulta que desde que paso el proceso comicial del 7 de junio, la luz de la sucesión avizoró tras el oriente y comenzó a gestar en el espíritu de algunos la imperiosa necesidad de manifestar sus intensiones por suceder al gobernador Javier Duarte; en un franco desaseo de adelantar los tiempos, faltando ante todo a la institución que ostenta.
Ahora resulta, que desde mesiánicos legisladores –Renato Tronco-, hasta políticos de carrera, han comenzado a levantar la mano para decir de aquí soy, venga lo que se venga, sea de dos, de tres, de cuatro, de cinco y porque no de seis, la cuestión es salir al paso, para cuanto antes ganar el brinco al contrincante, como si eso fuese la garantía de victoria.
Ahora, alejado de sus responsabilidades como jefe del gabinete del gobernador Javier Duarte, su secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, teje y orquesta una nueva jugada, descalificar a todos los hijos del Fidelduartismo, para con ello, seguir con los efectos del sueño de alcanzar a ser el mandamás de la entidad por la vía independiente.
Y es que se sabe que la mega manifestación de los integrantes del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci) que encabeza el oaxaqueño Gaudencio Torres Pereda, habrían salido del mismo Palacio de Gobierno, con la intensión de responsabilizar de manera directa al diputado electo por el Distrito de Acayucan, Erick Lagos Hernández.
Aseguran que la jugada tenía que ser como la narrada en Die Schachnovelle de Stefan Zweig, de tal pulcritud que al sentirse victorioso en realidad no lo fuera, pues la obsesión que raya a locura comienza a rondar en la mente del ajedrecista.
Resulta que la jugada estaba fraguada para responsabilizar a Jorge Calleja de la operación de dicha movilización, y de rozón una vez más, cargarle el muerto al subsecretario de Gobierno, Marlon Ramírez Marín, a quien le sigue queriendo cortar la cabeza, para poner a su remedo de Fouche como titular.
Lo que la obcecada obsesión no deja ver, al responsable de la política interior de Veracruz, es que el orquestar la mentada manifestación con cargo al erario con un costo aproximado de 5 millones de pesos, le sigue dando la jugada falsa de victoria.
Pues si analizamos fríamente, el responsable de todas las manifestaciones en Veracruz es el titular de la Secretaría de Gobierno, que lamentablemente no ha podido, ni puede controlar la falta de cumplimiento de acuerdos como jefe del gabinete estatal de cuanta asociación viene a pedir intervención y apoyo en todas las dependencias.
Al final el único responsable aquí será el, pues en el orden jerárquico el gobernador Javier Duarte habrá de pedirle las cuentas a él; que mientras tanto, sigue soñando en el Generar Bienestar pero para sí y su grupo, mientras Xalapa que siga siendo rehén de sus pasiones.

Al tiempo.

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