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SILVA NO VA A SEGOB
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2014-12-18 - 09:02
En la víspera de la cascada de renuncias de seis titulares de primer nivel, de promociones para participar en el último tramo del gobierno de Javier Duarte y que un conspicuo exponente del duartismo vaya por un cargo de elección popular, cuyo premio final será la candidatura de un gobierno bianual, el ruido mediático se recrudece.
“No es mi perfil, yo acataré lo que diga mi partido y en este momento mi desempeño es como coordinador general de Comunicación Social sin observar en el horizonte que vaya a ser el próximo secretario de Gobierno”, sostiene Alberto Silva Ramos.
El personaje que en los últimos días ha sido objeto de una serie de comentarios y especulaciones en torno a su futuro político no se ve en la silla que aún ocupa Erick Lagos.
Recién la prensa nacional y en lo particular el diario Reforma lo han colocado como el candidato de Javier Duarte para la gubernatura. Asimismo el fuego amigo ha dado cuenta que quien en realidad está posicionado en el primer lugar es Erick Lagos, dada la preferencia de Fidel Herrera Beltrán.
Lo cierto es que el juego está en el tablero y para la oposición el tema es impedir se confeccione un traje a la medida, así como atajar los afanes del binomio Fidel-Javier.
El punto es que en la víspera de que el Congreso del estado, con la participación de la mayoría PRI, PAN, PRD, apruebe un gobierno de dos años y otras reformas constitucionales complementarias, el mundo de la política veracruzana hace cruces.
“No me veo en la Secretaría de Gobierno ni el gobernador Javier Duarte me ha comentado algo al respecto”, dijo a este reportero Alberto Silva a pregunta expresa.
Lo que sí se observa son movimientos de última hora.
En la oficina que encabeza Erick Lagos en las últimas horas se han retirado efectos personales, mientras en las de Silva, Mota, Noemí, Carvallo, Buganza y Tarek la discreción se mantiene al máximo aun cuando sus despachos ya han sido prácticamente desocupados.
El mismo Gerardo Buganza, que para muchos es un “caballo negro”, está listo aunque permanece en su oficina encerrado a piedra y lodo.
El que viene será el último evento político del año de Javier Duarte; el más importante referido a su gabinete y el “dedazo” de los candidatos a diputados federales.
Lo que seguirá será un respiro, vacaciones de última hora por más que se diga lo contrario, así como velar armas para arrancar los primeros días del año en precampañas en las que la disputa no es contra el PAN, sino por ganar el apoyo ciudadano.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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