El propósito de tener un foro mediático se le cumplió.
También la oportunidad de oro para denostar al gobernador Javier Duarte y tender una cortina de humo para que no proceda la PGR en su contra y ya de pasadita advertirle a los 26 diputados locales que acudieron a acusarlo al DF, que podrían quedar desaforados.
Vaya desplante.
Decía Fernando Gutiérrez Barrios que “veneno poco no mata”, pero Miguel Ángel Yunes Linares usó toda la dosis para aniquilar al enemigo mostrando con ello una postura que verdaderamente raya en lo esquizofrénico.
A la conferencia de prensa que citó y que, sin duda, movió al morbo mediático, declaró que las acusaciones en su contra por corrupción y desvío de recursos público se basan en audios adquiridos de manera ilícita… ¿ilícita?, cuando todos los medios audiovisuales e impresos estatales y nacionales los han reproducido.
Y si son ilícitos los audios, más ilícitas son las pillerías que revela en las conversaciones.
Advierte que presentará una denuncia contra los diputados en la Procuraduría estatal que encabeza Luis Ángel Bravo Contreras.
Mmm..
¿De verdad está cierto que prosperará esa denuncia cuando él mismo se ha declarado enemigo del procurador, del gobernador, de los diputados, del gabinete, de Fidel y del PRI, a quienes ha amenazado de llevarlos a la cárcel cuando sea gobernador?
Declara además que los diputados locales estuvieron en la PGR a expresar puras tonterías y que sólo “fueron a armar una pantomima” que podría provocarles hasta ocho años de cárcel.
¡Por Dios!
Este amigo cree que Felipe Calderón sigue siendo el presidente de México y él fungiendo como vicegobernador de Veracruz. Habla como autoridad, cuando no la tiene, y no reconoce su papel de un ciudadano más corriente que común.
Y es que en realidad su principal preocupación debería ser su fortuna mal habida y su vida privada hecha trizas. Se le ha acusado en Veracruz; se le ha señalado en Quintana Roo con la pederastia; los más prestigiosos colegas le han sacada sus trapitos al sol con el tema carcelario de “El Chapo”; sus negociazos con el ISSSTE, sus propiedades en NY y paraísos vacacionales, sus alianzas con la delincuencia…
El ex priista lamenta los ataques a su persona, pues afirmó que “son muestra de que el PAN está avanzando en Veracruz”, pero de verdad ¿son una muestra?, o sólo evoca a los déspotas dictadores o a quienes claman: ¡Yo soy el estado!
Miguel Ángel Yunes sí puede insultar al gobernador y llenarlo de adjetivos calificativos, pero a él no. Vaya, sí que estamos lucidos con tal arrogancia.
Y es que puede o no gustarnos el estilo o las políticas públicas de Javier Duarte, pero él es el gobernador, a quien no cualquier gente, sobre todo la descalificada y con un pasado ominoso, tiene patente de corso para venir a insultar.
Lo mismo aplica, si es que es cierto, al presidente Peña Nieto y sus presuntos desplantes contra el representante de casi 8 millones de veracruzanos. No en aras de la política de baja estofa se puede llenar de adjetivos groseros a quien fue electo al máximo cargo de representación popular en el estado.
Eso es un principio de respeto institucional, el mismo que nos enseñaron nuestros ancestros.
Lo de Yunes Linares, se ha dicho hasta la saciedad, es un pleito enfermizo contra Veracruz, porque después de él, según él, lo que sigue es el diluvio.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo