Son tiempos de cambio.
En el marco de la peor división priista de los últimos tiempos, el desmarque de la clase política del tricolor para abrazarse al Partido Verde y con la confusión de si es Fidel Herrera o Javier Duarte quien manda en Veracruz, desde la tribuna, allá en gayola, levanta el dedo un joven pero maduro político, Francisco Garrido Sánchez.
Proveniente de las filas del Partido Alternativa Veracruzana, AVE, con el sello de honesto y con amplia simpatía tanto en el municipal como estatal, este legislador mátalas callado ha recorrido varias veces la entidad con propuestas anticorrupción y cambio de rumbo.
Nacido en el puerto de Veracruz en 1973 y con una carrera trunca en Ingeniería Topográfica para entregarse de lleno a la política, ha dicho que “Veracruz no puede esperar más por el cambio al decantar una estructura de gobierno que entró en la obsolescencia producto de políticas públicas erróneas que han causado serios daños patrimoniales”.
Proveniente de la iniciativa privada, empresario exitoso y con un férreo desempeño al frente de la Comisión de Vigilancia del Congreso estatal en donde ha tenido que meter en cintura a los alcaldes corruptos, Garrido Sánchez hoy le apuesta por la gubernatura.
¿Tiene posibilidades?
Después de observar el saqueo a las arcas públicas, la inseguridad que azota a la entidad, el diferendo entre los yunes priistas con el gobernador Javier Duarte y el rechazo ciudadano generalizado a la Fidelidad disfrazada, cualquiera con una propuesta diferente tiene fuertes posibilidades de alcanzar la alternancia.
Paco Garrido si bien ha mostrado disciplina –que no sometimiento- ante la estructura de poder, ha hecho manifiesta la urgencia poner un hasta aquí al saqueo público; ha llevado asimismo de la mano a los 212 alcaldes a adecuados procesos administrativos y financieros en el uso y destino de las participaciones municipales y, lo más importante, ha levantado el dedo de ¡Quiero ser gobernador!
Hoy que tanto desdén y controversia provoca una gubernatura de dos años, la posibilidad de un arrebato opositor es posible.
Y es que mientras se ponen de acuerdo Javier y los Yunes, Garrido empuja y permea su proyecto sustentado en la honestidad pública, la fiscalización y rendición de cuentas… en el “¡Ha llegado el momento del cambio!”.
“Es el momento de dar todo por Veracruz y trabajar decididamente para que las futuras generaciones tengan un estado donde el desarrollo económico, político y social esté cimentado en el buen uso de los recursos públicos”, dijo en su pasado informe legislativo.
Así, mientras otros aspirantes no alcanzan acuerdos ni consensos para jugar la de dos, Garrido ya les ganó el brinco.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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