Hoy que Veracruz vive en la angustia, en la zozobra financiera por tantos pasajes de corrupción, de raterías sin fin, irrita, indigna enterarnos de interminables rapacerías de los políticos de la Fidelidad.
No terminan de saquear a Veracruz.
Carlos Aguirre Morales, subsecretario de egresos, quien tras una niñez más abajo de la pobreza, un día decidió, al ver el arca abierta, cumplir deseos nunca satisfechos: autos importados, casas y departamentos en los mejores destinos, gastar el billete en Las Vegas e impresionar a su gente con lo mejor de lo mejor.
De buena fuente se sabe, según el periodista Luis Ramírez Baqueiro que recientemente un alto funcionario de la Secretaría de Finanzas y Planeación, tuvo la puntada de agasajar a su hija con menuda fiesta y que para ello contrató con cargo a las arcas de Veracruz a la cantante Belinda.
La intérprete es considerada una de las artistas mejor cotizadas, para que se imagine usted cuanto habrá costado traerla, expertos en el manejo de redes afirman que la cantante es la más popular en la red social Twitter, y un sólo tuit de ella cuesta 200 mil pesos, ahora calcule cuanto le costó al subsecretario de apellido Aguirre traer a la cantante.
Pero no fue nada más eso, afirman allegados a esta nueva camada de multimillonarios funcionarios, que el orgulloso padre le obsequió una camioneta de lujo a su niña, para que en ella se pueda ir a dar la vuelta en una preciosa Land Rover de 132 mil 900 dólares, que importa el sacrificio de un padre, cuando se está en la “plenitud del ejercicio del pinche poder” como dijera el forjador de esta gran camada de talentosos funcionarios.
Desde luego que ese no ha sido el único detalle de moreno de fuego.
Cuando casó en segundas nupcias trajo a la Sonora Margarita a un festejo de 800 invitados en donde se sirvieron las mejores viandas y eso que aún no tenía la relevancia financiera de ahora.
Desde luego que previamente y para cortejar a la novia obligado regalarle un minicooper.
Vaya con el infelizaje que apenas tiene para comer. Al carajo los prestadores de servicios, comerciantes, presidentes municipales, maestros, burócratas y un ejército más que siguen haciendo fila en espera que les paguen.
Lo grave del tema financiero de Veracruz es que quienes se encargan de manejar los dineros del gobierno estatal, se olvidaron de una regla de oro no tocar el dinero de las nóminas, ni de las pensiones, cosa que evidentemente les vale un cacahuate.
Habrá que preguntar qué pasará cuando venga el día del juicio final. Afortunadamente ya falta menos.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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