DESENCANTO DE LA CLASE POLÍTICA

POR ESO RECURREN A LOS PAYASOS… El diputado federal Uriel Flores Aguayo, aún perredista, aseguró ayer que el desencanto provocado por la clase política en la población, ha propiciado la postulación de artistas, payasos y hasta de futbolistas para contender por puestos de elección popular, como el caso de Cuauhtémoc Blanco, quien se inscribió como candidato a la alcaldía de Cuernavaca. Así es, pero al legislador le faltó mencionar a los periodistas que ahora están inmersos en la política y que de la noche a la mañana decidieron tirar las cámaras y las grabadoras al bote de la basura. Pues sí, hoy nadie cree en los políticos ya que, como lo decíamos ayer en este mismo espacio, hay una marcada animadversión hacia ellos, sean de los partidos que sean, pero principalmente nadie quiere saber de los del PRI. ¿Por qué será?


AHORA SÍ CUAUHTÉMOC BLANCO BUSCA REFLECTORES

COMO FUTBOLISTA DETESTÓ A LA PRENSA… Oiga usted, por cierto que los comentarios en torno a Cuauhtémoc Blanco, tras su pronunciamiento como aspirante a la alcaldía de Cuernavaca por el Partido Socialdemócrata (PSD), no fueron nada buenos. Ahora sí quiere reflectores, y hasta convocó a la prensa, cuando es bien sabido que como futbolista trató a los reporteros de la fuente deportiva con la punta del pie, más bien a patadas, como suele ser ese engreído, arrogante y hoy frustrado futbolista, de quien se dice en el altiplano que las mujeres lo dejaron en la calle. Cierto o no lo anterior, Cuauhtémoc dejó un mal sabor de boca a los comunicadores cuando era el astro del futbol mexicano, resplandor que eclipsó con su arrogancia. ¡Ah!, pero ahora sí busca reflectores, quiere ser amigo de la prensa, quiere hablar, cuando ni hablar sabe hablar. Pero está tan desencantada la gente de los políticos, que en una de ésas hasta puede ganar.

BRITO GÓMEZ SATURÓ LAS REDES SOCIALES

DEBE OFRECER DISCULPAS… Por cierto que sorprendió a propios y extraños la conducta asumida por don Carlos Brito Gómez, quien corrió a un pobre niño vendedor de dulces, cuando éste se le acercó, de manera humilde y respetuosa, a ofrecerle su producto. Dicha acción enfureció a don Carlos, quien lo miró con coraje y con un ademán que hizo con su brazo izquierdo le pidió que saliera del salón Jesús Reyes Heroles del CDE del PRI, donde sesionaba el Órgano Auxiliar de la Comisión de Procesos Internos para recibir el registro de los precandidatos a una diputación federal. El humilde niño abandonó el local, llevando en sus brazos el bote transparente de dulces que ofrecía en venta. Fue un exabrupto repugnante y a todas luces reprobable, incluso por los propios priistas, y por supuesto ya ni se diga del pueblo veracruzano que desde ayer saturó las redes sociales con palabras nada agradables en contra del oriundo del sur de Veracruz. Pues qué le pasó a don Carlos, será que ya está cansado y harto hasta de los propios priistas. Desde aquí le recomendamos que ya deje de bailar, que se siente y le ceda la silla a los jóvenes que tienen toda la vitalidad y el ánimo para seguir adelante. Don Carlos, le debe usted una disculpa pública al niño. Pero no le pida que le dé una cachetada como el gobernador de Chiapas, no, dele las disculpas y por lo menos cómprele todos los dulces. Dios y el PRI se lo agradecerán.

2014, AÑO PERDIDO

PARA PUERTOS... Los puertos mexicanos no sólo no crecieron, sino que el volumen total de carga que manejan se redujo 0.9 por ciento. ¡Auch!
De acuerdo con la Dirección General de Puertos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), los principales 40 puertos del país movieron 286 millones 134 mil toneladas, mientras que un año antes, el manejo fue de 288 millones 696 mil toneladas. Al principio del sexenio, Gerardo Ruiz de Teresa, coordinador general de Puertos y Marina Mercante de la SCT, dijo que la meta era duplicar la capacidad instalada en los puertos mexicanos y también la carga manejada, para pasar de 280 millones de toneladas anuales en 2012 a 500 millones para 2018. No, pues lejos, muy lejos de la meta se quedaron.

LOS MÁS PERJUDICADOS

MÁS DE PUERTOS... Entre los puertos que registraron caídas en 2014 están dos de los cuatro más grandes: Lázaro Cárdenas, con 14 por ciento, y Veracruz, con 5.1 por ciento. ¡Uh que la canción! ¡Con todo y que Veracruz, Tuxpan y Coatzacoalcos formarán el centro logístico más importante de México!
Otros que también registraron retrocesos fueron Ensenada, San Carlos, San Juan de la Costa, Punta Santa María, Puerto Libertad, Tampico, Tuxpan, Dos Bocas, Seybaplaya, Lerma, Cayo Arcas, Las Coloradas, Punta Sam e Isla Mujeres.
Las categorías que más se redujeron fueron el movimiento de graneles minerales, con 2.5 por ciento, y de petróleo y productos derivados, con 2.2 por ciento.
En la reducción del movimiento de minerales tuvo que ver la suspensión de exportación de mineral de hierro a China después de que el gobierno federal detectara su explotación ilícita por parte de grupos del crimen organizado.
En cuanto a los petrolíferos, tanto la producción de crudo como la venta de gasolinas en el mercado doméstico han bajado en los últimos años.
FOTO: PUERTO

Y A PROPÓSITO DE PÉRDIDAS
CASO PEMEX… Resulta que por andar desdeñando las alertas de corrupción, la petrolera estatal pagó 9 millones de dólares en 2011 por remolcar una plataforma petrolera por medio mundo, desde Emiratos Árabes Unidos hasta el Golfo de México. Cuando auditores del gobierno revisaron el contrato, se percataron de algunos problemas.
La plataforma tenía el equipo equivocado para el contrato, de acuerdo con un reporte de una auditoría del Congreso. Y el traslado en sí era una ficción: la plataforma no necesitaba ser arrastrada. Ya estaba en el Golfo de México. ¡Esto es verdaderamente el colmo! ¿Son o se hacen?
En fin... que los auditores alertaron a Pemex en febrero de 2013 y le urgieron sancionar a los empleados que manejaron el contrato, pero la compañía no hizo nada. ¡No! ¿En serio? Si a Pemex ni se le da eso de andarse haciendo del avión. Si no, pregúntele a los miles de afectados por derrames en todo el país. ¡Pero van a ver ahora con la reforma lo bien que todo marchará! ¡Ajá!