"Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra”. William Shakespeare

Desde su llegada a la Secretaría de Finanzas y Planeación para intentar enmendar la plana en el manejo de las finanzas públicas, Mauricio Audirac Murillo no deja de mover el caldero para que la masa no se le haga engrudo.
La situación financiera de Veracruz es quizá de las más complejas que existen en el país, actualmente el estado ha reconocido un endeudamiento cercano a los 40 mil millones de pesos, hecho sin precedente, si consideramos que tan sólo hace menos de 20 años el entonces gobernador Patricio Chirinos Calero dejaba un superávit presupuestario para la llegada de la administración de Miguel Alemán.
Las circunstancias en que Javier Duarte recibió la entidad fueron de verdad escalofriantes, sólo alguien que conociera el entuerto desde adentro sabría enmendar el escenario, y a pesar de que durante los dos primeros tercios de su gobierno la obra pública fue nula, se supo capotear el vendaval.
Ahora, cuando el mandatario estatal estará a unos días de presentar su cuarto informe de labores, comenzarán a aparecer las obras y acciones.
¿Cómo y por qué se preguntarán?, y lo cierto es que un factor preponderante serán las elecciones federales, de cara al proceso electoral sucesorio de 2016.
Lo preocupante es que comiencen a expresar sus inconformidades los integrantes de agrupaciones sindicales o gremiales reclamando lo suyo.
Y es que las declaraciones vertidas por el secretario general de la Sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en el sentido de que la Secretaría de Finanzas y Planeación no ha depositado seis meses de cuotas sindicales a las arcas, pone en entredicho que las cosas marchen bien.
Según Manuel Arellano Méndez, el monto del adeudo es superior a los 25 millones de pesos.
Por increíble que parezca, el estado ha continuado realizando las retenciones de las cuotas sindicales, lo que ha colocado al Comité Seccional en una crítica situación económica, pues ya no hay recursos para pagar viáticos, gasolina, arrendamientos, agua, luz y teléfono, incluso no ha alcanzado para pagar una nómina a cerca de 100 trabajadores que prestan sus servicios en el edificio sindical.
Los nubarrones volverán a obscurecerle el panorama al gobernador Javier Duarte, que mientras intenta tapar un hueco, sus secretarios le destapan otro.
Aun cuando la dirigencia sindical encabezada por su líder Manuel Arellano Méndez, asevera que apuesta por el diálogo, la presión ejercida por los agremiados los orillará en un corto tiempo a paralizar actividades en los planteles y en oficinas administrativas donde la Sección tiene presencia.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo