“Lo que se ignora, se desprecia”-Antonio Machado

Con gran sorpresa, el pasado viernes el Congreso del estado fue escenario de una representación de la obra intitulada “Mi maestría ‘patito’”, que protagonizaron con la anuencia del Instituto Ortega y Gasset.
Estos 66 sinvergüenzas que van entre funcionarios públicos de primer y segundo nivel, y que llevan de la mano a algunos ex asesores de diputados, ostentan desde ahora el título de maestros en Dirección de Gobierno y Políticas Públicas, la cual por increíble que parezca se dieron tiempo de estudiar.
Para quienes somos terrenales nos resulta extraordinaria la capacidad de razonamiento, cultura, formación e inteligencia de estos funcionarios que, gracias a la tecnología, consiguieron en sus tiempos de ocio concluirla.
Claro, nada es gratuito en la vida, pues el logro académico de cada uno de estos verdaderos talentos en bruto tuvo un costo de 160 mil pesos que, claro, no pagaron, se los dio de beneficio su paso por el Congreso estatal.
Por increíble que parezca, el prestigio de este instituto español sucumbió ante el cañonazo de 10 millones 560 mil pesos que representaba graduar a estos portentos de talento, para ello se tenía que hacer un acto que atestiguara los logros de tan connotados ex representantes populares.
De este modo, desde el viernes los funcionarios se amparan con su título después de dos años de estudios virtuales, y en este entuerto prefabricado se contó con la presencia de la cónsul de Francia, Lygie de Schuyter, quien acudió al auditorio Sebastián Lerdo de Tejada del recinto legislativo.
Cheque usted quiénes fueron los talentosos políticos que se graduaron de esta muy interesante maestría: el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga; Jorge Carvallo; Dalia Pérez Castañeda; el ex diputado local Loth Melchisedec Segura; la encargada de relaciones públicas de la Subsecretaría de Gobierno, Martha Marañón, y el subsecretario Marlon Ramírez.
También presentes estaban la diputada Anilú Ingram Vallines, la ex diputada local Ainara Rementería, la ex contralora Sara Luz Prieto Villegas.
Lo interesante del asunto es la calidad de alumnos egresados de dicha maestría, pues muchos de ellos con dificultades terminaron sus carreras y son públicamente conocidos sus antecedentes como estudiantes.
Claro, para consumar la obra teatral se tenía que contar con un testigo de calidad, y quién mejor que el secretario de Educación en Veracruz, Adolfo Mota Hernández, que no faltó a su calidad de responsable de la educación de la entidad para atestiguar el fraude; presente como testigo de calidad, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Juan Nicolás Callejas Arroyo, líder moral de la Sección 32 del SNTE.
Bien por los maestros “patito”, que han mostrado el cobre y la clase de profesionistas que son.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo