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La México-Tuxpan, detrás del mito
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2014-09-22 - 11:01
"La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino en la destreza de aplicarlos en la práctica”, Aristoteles.

Nada dura para siempre, decían los tuxpeños tras ver pasar los años sin que se pudiera resolver el tan anhelado sueño de empatar al Golfo de México con el valle del altiplano.
Desde hace 20 años, los habitantes de la capital del país esperaban también contar con una playa más cercana que la por demás desgastada costa del Pacífico con su centro recreacional favorito, Acapulco.
Y a pesar de que fue un veracruzano quien le dio todo el auge y empuje al puerto de Acapulco, ninguno de los dos últimos presidentes de la república nacidos en el estado hicieron lo que apenas hace unos días consumó el mexiquense Enrique Peña Nieto.
La relevancia económica que significará para el estado la construcción de tan importante obra, será el capitalizador para otros proyectos que catapultarán y reactivarán la economía casi extinta de la región norte de Veracruz.
Para los defenestadores de la presente administración estatal, para los amantes del descredito y de que a Veracruz le vaya mal, los resultados los desaíran. Coincidencia o circunstancia, pero a Javier Duarte le tocó gobernar Veracruz en el momento en que los esfuerzos del presidente Peña Nieto significan beneficios concretos para la entidad.
Con la inauguración del último tramo carretero Nuevo Necaxa-Ávila Camacho de la autopista México-Tuxpan el pasado miércoles 17 de septiembre, se puso fin a una obra cuya construcción pasó por diversos gobiernos federales y estatales a lo largo de 20 años.
Con ello, Tuxpan se convierte en el puerto marítimo más cercano al valle de México, con lo que las autoridades estiman un crecimiento potencial en la actividad comercial.
Para los tuxpeños se consumó un esfuerzo que demoró 20 años para concretar la construcción de los 281 kilómetros que tiene esta obra, la cual empató al altiplano con la costa del Golfo de México.
Esta imponente autopista permitirá transportar a más de 10 mil 500 vehículos cada día, lo que significará un crecimiento exponencial de la región, en especial del municipio de Tuxpan, que ya comienza a sentir la responsabilidad.
Recientemente su alcalde, Raúl Ruiz Díaz, admitía que aun cuando la obra de esta nueva autopista permitirá el surgimiento de una mayor actividad económica, comercial e industrial en su municipio, todavía existen reservas, pues la capacidad e infraestructura del municipio se verá rebasada por mucho en cuanto los capitalinos comiencen a visitarla.
A pesar de ello el tramo final de esta nueva autopista, que comprende los últimos 37 kilómetros, exigió una inversión de 8 mil 939 millones de pesos y la construcción de seis túneles y 10 puentes para consumar la interconexión.
Es quizá el puente Ingeniero Gilberto Borja Navarrete, que cuenta con una longitud de 850 metros y cuya columna más alta mide 225 metros (misma altura que la Torre Mayor, el edificio más alto de la ciudad de México), uno de los más altos de América Latina.
Las ventajas que brindará la nueva obra serán la reducción sustancial del tiempo de recorrido de la capital del país al Golfo de México, el cual se reducirá de seis a dos horas con 45 minutos.
Pero a pesar de parecer todo en el horizonte prometedor, la millonaria obra también tiene sus asegunes, pues expertos afirman que su apertura se pudo haber retrasado hasta cinco meses debido a una serie de hundimientos registrados sobre el concreto de hasta medio metro de profundidad y 50 metros de longitud.
Y es que investigaciones periodísticas apuntan que las fallas estructurales se tendrían en tramos como el Cerro de la Ardilla, cercano a la comunidad de Teteloloya, municipio de Tlacuilotepec, en la sierra noroccidental de Puebla.
Las fuertes lluvias de la temporada sacaron a la luz “varios detallitos” en la vía de 283 kilómetros cuya construcción fue iniciada en 1994, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y que se inauguró el 29 de noviembre de 2011, aún sin haberse terminado, por Felipe Calderón Hinojosa.
Cabe recordar que la conclusión de la autopista estuvo en riesgo a mediados de mayo de 2012 ante una severa crisis por la falta de recursos, propiciada por el encarecimiento del proyecto cuyo trazo ha sido modificado en diversas ocasiones, la tardanza en la liberación de los derechos de vía y la falta de aplicación de unos 500 millones de pesos asignados en el Presupuesto de Egresos de la Federación desde el 2011.
A esto se sumaron las dificultades económicas por las que atravesaron la española FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) que en sociedad con ICA (Ingenieros Civiles Asociados) crearon la empresa Autovía Necaxa-Tihuatlán, SA de CV (Auneti), para la construcción del tramo Nuevo Necaxa-Ávila Camacho, el más complejo y caro de los que componen la vía, a cargo de otra empresa con distinta denominación: Connet, pero formada por estos mismos socios.
A mes y medio de ponerse en operación pobladores de La Esperanza y Teteloloya, en Tlacuilotepec, afirmaban que el concreto se había hundido adelante del kilómetro 66+580 porque en el Cerro de la Ardilla “las aguas bajan con fuerza y porque los de la constructora (Connet, filial de ICA) nunca le pidieron permiso al guardián del cerro para hacer la obra”, según una leyenda.
Sin embargo ése no es el único “detalle” que le ha salido al tramo Necaxa-Tihuatlán de la autopista México-Tuxpan, dicen los obreros que desarrollaron la obra que poco antes de su apertura se presentó un derrumbe en el túnel Xico I a la altura de la comunidad de Las Pilas, en Xicotepec, por la caída del concreto con que se reviste el acero que soporta el corredor.
Un problema similar se registró en el mismo sitio el 21 de junio de 2012, de acuerdo con información dada a conocer en ese momento por personal de la Dirección de Protección Civil de Puebla.
A lo anterior se suman las severas manifestaciones de pobladores de La Esperanza, a finales de mayo, así como de habitantes de Plan de Ayala y Nuevo Tenancingo, también en Tlacuilotepec, quienes cerraron la vía por 15 o 20 días en demanda del pago de sus indemnizaciones por las afectaciones que les causó la construcción de la súper carretera que partió en dos a sus pueblos y a la que paradójicamente no tienen acceso.
Aun cuando dicha obra beneficiaría a muchas regiones, pobladores afectados continúan reclamando la ejecución de trabajos de remediación para restaurar 17 manantiales y la construcción de puentes peatonales.
El corredor carretero, comenzado en febrero de 1994 con el tramo Tihuatlán-Tuxpan, está equipado con conectividad por fibra óptica, paneles de mensajes variables, cámaras de circuito cerrado y televisión, estaciones meteorológicas y estaciones de pesaje.
La obra generó más 2 mil 700 empleos directos y más de 8 mil indirectos, fundamentalmente de habitantes de esta región. “Se invirtieron adicionalmente 250 millones de pesos para renovar 66 kilómetros de tramos carreteros que ya se encontraban muy dañados", informó el secretario de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza.
Incluso así sólo un tuxpeño como Ezequiel Castañeda Nevárez ha referido que la obra, aun cuando será capitalizador de oportunidades, también será la puerta a un problema mayúsculo que se reflejará en la vialidad, una vez que se dejen llegar los habitantes del centro del país, al grado de colapsar el acceso y salida de vehículos.
Por ello es urgente que el gobierno del estado intervenga en la preparación y elaboración de un plan de contingencia para la región, toda vez que aunado a ello, la inseguridad también llegará a la región de la mano del progreso.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo
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PIE DE FOTO
Enrique Peña Nieto
reactivarán la economía

Javier Duarte de Ochoa
Le tocó gobernar


Raúl Ruiz Díaz
Tuxpan se verá…

Ezequiel Castañeda Nevárez
Problema mayúsculo…

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