En diciembre, a seis meses, buenos deseos y premoniciones
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Salvo que ocurriera algo excepcional, la disputa por la gubernatura de Veracruz el próximo año, ya tiene a los contendientes definidos.

Si las alianzas a nivel nacional se replican en la entidad, tendremos por el PAN-PRD-MC, al todavía alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez. Por lo que corresponde al PRI-PVEM-PANAL, al casi senador con licencia José Yunes Zorrilla y por lo que se refiere a MORENA-PT-PES, al aún diputado federal Cuitláhuac García Jiménez.

En el caso de Yunes Márquez, lleva como obstáculo y como ventaja, ser el hijo del gobernador en funciones, Miguel Ángel Yunes Linares. Así pues, se podría decir que la ciudadanía evaluará a la administración bianual, en el más amplio sentido del término.

Por su parte, Yunes Zorrilla sufrirá la pesada losa de ser priista, y de algún modo, el haber avalado al gobierno de Javier Duarte, el deslinde no será sencillo. Además, los tricolores no están acostumbrados a jugar como opositores, nadie los destetó de la ‘ubre’ presupuestal.

De García Jiménez sólo se puede decir, que al igual que en 2016, se colgará de la ‘marca’ López Obrador, su trabajo político es precario y mucho se especula que habría evidencia contundente, que lo ubica como ‘beneficiario’ del duartismo, ya se verá.

Eso sí, ambos opositores buscarán capitalizar el potencial voto de castigo a la yunicidad.

Es pronto para hacer pronósticos, lo cierto, es que si los jefes de campaña fueran decisivos, hasta el momento, Yunes lleva ventaja. Veremos a quien reclutan los otros dos.

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