18 de Mayo de 2024
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LA INSOSLAYABLE BREVEDAD - Javier Roldán Dávila
Los políticos y las cuatro virtudes cardinales
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2017-07-06 - 13:22

A las virtudes cardinales les aplicaron la ‘ley de Herodes’

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En su última audiencia ante la justicia guatemalteca, Javier Duarte hizo una extraña declaración a los medios, con el afán de hacerse pasar como un doctoral maestro de la política, cuando en realidad es una demostración de que no entiende que no entiende.

El ex gobernador de Veracruz mal recitó al abogado Santiago Montoto (Sevilla 1890-1973), al decir: “Paciencia, prudencia, verbal contingencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia según conveniencia”. De acuerdo a los conocedores, la alocución correcta es: “En Sevilla hay que tener paciencia y prudencia, verbal continencia, no exhibir excesiva ciencia, y presencia o ausencia según conveniencia”. En contexto, el texto se explica solo.

Pues bien, si nuestros políticos (y aspirantes), quisieran reflexionar sobre el affaire Duarte y los trágicos despropósitos que encierra (para que no lo repitan), es indispensable que revisen lo que los griegos recomendaban sobre las probidades que deben desarrollar todos aquellos que busquen ejercer el arte de lo posible.

Cuatro virtudes cardinales son el hilo conductor para regirse con eficacia en el ahora desprestigiado oficio, a saber: Justicia, Prudencia, Fortaleza, Templanza. Lo revisamos a la luz de la RAE, en dos bloques, y lo comentamos.

Virtud: acción virtuosa o recto modo de proceder. Cardinal: principal, fundamental.

El principio fundamental del político es el modo virtuoso y recto de proceder. Seguimos.

Justicia: derecho, razón, equidad. Prudencia: sensatez, buen juicio. Fortaleza: fuerza y vigor. Templanza: moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándose a la razón.

El político tiene que actuar con apego a la ley, guiarse por el sentido común, no puede deprimirse y debe tener equilibrio emocional para no ser víctima de sus ambiciones.

¿Apoco es necesario ir a Harvard para entender lo anterior?

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