Hay quienes ni piensan...ni existen

__________________________

La 22 Asamblea Nacional del PRI, a celebrarse el próximo mes de agosto, marcará el rumbo del otrora ex partidazo, sobrevivir o inmolarse.

La variación sobre la que tienen que decidir los priistas cupulares es compleja, pero no tiene dificultad para entenderse: allanarse a los deseos de su enemigo íntimo Enrique Peña Nieto, o buscar un plan programático que los ayude a extender la agonía.

El PRI tuvo una función histórica específica: cohesionar a los distintos grupos de poder emergidos de la Revolución Mexicana. El mecanismo para lograrlo: aligerar los propósitos de justicia social esgrimidos por el zapatismo, o sea, ‘institucionalizar’ la Revolución.

En términos prácticos, cumplieron los objetivos, no obstante, en el camino extendieron acta de nacimiento a la corrupción y la impunidad.

El fin del desarrollo estabilizador en la década de los setenta, abrió la puerta a los demonios adoctrinados en Chicago, el PRI execró su origen.

Esos jóvenes, educados en el marco del americam way of life, sin los consejos del abuelo coronel ni las pasiones desatadas en el ámbito del nixtamal, acabaron con el romanticismo ideológico del priismo, los votantes pasaron a ser un RFC, el seccional cayó en desgracia.

En estos días, los priistas enfrentan un dilema filosófico región IV: gel o no gel. Decidan.

Posdata: por favor, no se auto flagelen, ya sabemos que algo está podrido en Atlacomulco.

__________________________________________________________________________________________________________