Mucha gente se sorprendió primero, por la candidatura de Donald Trump, después por ganar las elecciones y ahora, por mantener el discurso que lo catapultó a la presidencia. Una realidad que siempre ha estado presente en el estadounidense promedio, pero lo que no queríamos ver, es que existe también en el latino radicado en los Estados Unidos, en el hispano que como dice el dicho "No es ni de aquí ni de allá", aquel que ha perdido sus orígenes, sus raíces y su cultura; de alguna manera es entendible ya que por falta de oportunidades en México o quizá en busca del "sueño americano" dejaron de tener identidad.

El poderoso nuevo presidente de los Estados Unidos ahora inicia una cruzada por rescatar su patriotismo blindando sus fronteras, México debe hacer lo propio por rescatar su cultura y que la gente se sienta orgullosa de su tierra. Una labor que debió empezar hace décadas con una enseñanza que exalte nuestros los culturales y no como lo ha hecho el gobierno durante los últimos 70 año, creando héroes y un falso nacionalismo que ha confundido invariablemente al pueblo; una labor que será a mediano y largo plazo, iniciando en el Jardín de niños, las escuelas primarias y secundarias con el objeto de rescatar los extraviados valores culturales.

La gente ha dejado de creer en México debido a la clase política corrupta que se ha perpetuado en el poder al puro sistema feudalista (si, aquel de la Edad Media), viviendo en palacios como auténticos virreyes, heredando las posiciones políticas a los suyos, con ejército de servidumbre, transporte de todo tipo, asignándose partidas para comidas (alimentación 3 veces al día), gasolina y despensa por parte de los "representantes" del pueblo, todo a costa del erario.

Dejemos de ver lo que hace el vecino y pongámonos a trabajar con lo que realmente cambiará a México: la educación, ésta será la mejor forma para contrarrestar esa plaga de gobernantes corruptos.

Estoy convencido que si valoramos el patrimonio cultural tangible e intangible de cada rincón de México, transmitimos el cariño por nuestra tierra y hacemos a un lado ese apego a lo extranjero menospreciando lo propio, éste será un mejor país para nuestros hijos y nietos.

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