El concepto Pueblo Mágico fue creado durante la administración de Vicente Fox Quezada a través de la SECTUR, que era presidida en ese entonces por Leticia Navarro, una idea genial que consiste en dar un distintivo a determinado pueblo con ciertos requisitos, que no eran tantos y tampoco tan estrictos, como por ejemplo, localizarse a 200 kilómetros de un centro turístico de importancia, tener una carretera decente, contar con algún atractivo particular que lo diferenciara de los otros, ya fuera religioso o histórico; que la población estuviera de acuerdo y que hubiera restaurantes, artesanías y una variedad de tiendas para los visitantes. Una iniciativa que jamás se pensó, tuviera tanto éxito.
Era la posibilidad de allegarse más presupuesto federal a través de este exitoso programa de la Secretaria de Turismo, gran cantidad de presidentes municipales y gobernadores respondieron eufóricamente a esta convocatoria ya que sería la manera de hacer obra pública sin pagarla, como cableado subterráneo, rescate de imagen urbana, así como otros beneficios que incluían la promoción turística. El programa Pueblos Mágicos ha recibido fondos federales superiores a los cuatro mil millones de pesos y actualmente genera una cuantiosa derrama económica.
En su inicio, las condiciones de este programa fueron muy estrictas y sólo se otorgó este nombramiento a 32 localidades en nueve años, una parte de este tiempo con Navarro y otra más con su sucesor Rodolfo Elizondo, durante el gobierno de Felipe Calderón.
Para marzo del 2010 Elizondo fue relevado por Gloria Guevara, quien sólo estuvo 21 meses, tiempo suficiente para otorgar 51 Pueblos Mágicos, otorgando nombramientos acá y allá (como si tuviera una varita mágica) y dañar severamente la imagen de este distintivo.
Claudia Ruiz Massieu llegó a su despacho en SECTUR y lo primero que se encontró fue una bomba llamada Pueblos Mágicos, cortesía de su antecesora. Ante la mala organización en el proceso para otorgar los nombramientos, decidió suspender el programa para reestructurarlo.
Al ser otorgados dichos nombramientos a localidades que no estaban preparadas para ello y que no reunían los estándares que marcaba el programa, el concepto se desvirtuó de tal manera que perdió credibilidad. Pasó de ser un minucioso criterio técnico a uno de conveniencia política, dando como resultado que el asunto comenzara a echarse a perder.
Pueblos Mágicos sufrió un explosivo crecimiento en los años 2011 y 2012, en especial este último y el programa comenzó a ser cuestionado dado los intereses políticos que acarreaba este programa y la ambición de gobernadores y alcaldes por hacerse de recursos federales.
Enrique Peña Nieto anunció que en este sexenio el presupuesto mágico aumentaría para varias localidades en el país, pero esto de nada servirá si los recursos son ocupados de una manera demagógica y sólo se le da preferencia a las localidades que se "alinean" con el ejecutivo estatal, sin importar a aquellas que sí reúnen las condiciones idóneas para tal nombramiento.
De 180 solicitudes en el 2015, sólo 3 lograron incorporase al sistema de pueblos mágicos en Veracruz, el distintivo se le otorgó a Coscomatepec, Zozocolco y Orizaba.
No olvidemos que estos nombramientos forman parte de un trabajo conjunto entre ayuntamientos y asociaciones civiles para gestionar ante la Secretaría de Turismo el tan anhelado nombramiento.

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