PARECE que los fenómenos meteorológicos que suelen aparecen en esta temporada, van de la mano con las noticias turbulentas del propio estado de Veracruz, el cual, por cierto, ha enfrentado fuertes lluvias, pero no ha impactado en su territorio, afortunadamente, ningún huracán, o depresión tropical que empeore las condiciones económicas de la entidad.

Pues bien, conforme pasa el tiempo, se van conociendo nuevos indicios del enorme daño patrimonial, del cual se ha dado cuenta a través del famoso ORFIS, que ahora sí parece haberse deslindado de la presión oficial y comienza a despepitar lo que sabe y lo que tiene, supuestamente, en documentos que avalan las inconsistencias en el manejo de los recursos públicos de la presente administración.

A cincuenta días de que culmine el ejercicio constitucional del poder sexenal del gobernador Javier Duarte de Ochoa, el titular del Orfis, ha decidido hablar y sacar lo que tenía guardado, confiando en que solo unos cuantos días tendrá que aguantar para cumplir con su responsabilidad.

Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, ha entregado, en principio, información relativa a la investigación que realizó de diversos manejos, cuestionables, por cierto, de la administración duartista, no en el presente, sino desde hace tiempo, cuando en la Secretaría de Finanzas, otros titulares hicieron de las suyas y cuando pudieron se escaparon para no enfrentar los graves cargos que ahora le han tocado sortear al actual titular de dicha dependencia, Antonio Gómez Pelegrín.

Pero ante este panorama, todavía falta por aclarar muchas cosas. En principio, las cifras que se han manejado sobre el supuesto daño patrimonial al estado, han pasado constantemente de una cantidad a otra, como si cada semana se fuera acumulando la deuda y se fuera decidiendo encender la mecha de la bomba que esta por explotar.

Primero que eran nueve mil millones de pesos, después que catorce mil, posteriormente que dicho daño patrimonial, podía llegar hasta los ciento cincuenta mil millones de pesos y ahora hay otras cuentas que aparecen, surgidas desde el mismo Orfis, para generar un nuevo desconcierto en el panorama político de la entidad, así como incrementar la responsabilidad pública de quien todavía manda en Veracruz.

Estamos, sin duda, ante la presencia de un estado turbulento por cuanto corresponde a las noticias que surgen todos los días, relacionadas con la situación económica de la entidad, provocada, se dice, desde los altos mandos de la administración estatal, causando malestar general de toda la población veracruzana, pero al mismo tiempo, una cierta rabia y desesperación por no poder hacer nada, menos cuando en la federación no se toman las cosas con la seriedad que se requiere.

Veracruz, está informado y desinformado al mismo tiempo, pues por un lado le dicen que hay un daño patrimonial por miles de millones de pesos, pero al otro día le cambian la versión, de tal manera, que es bien dicho lo que se dice en los diversos sectores de la población, en el sentido de que es tiempo de que las autoridades investigadoras aclaren con toda precisión cuál es el verdadero monto que se ha perdido en el camino transitado por la presente administración.

Pero sobre todo, se pide que haya nombres de quien o quienes se llevaron este dinero para que conforme a derecho se les pueda exigir la devolución de los mismos recursos y aplicarlos a donde hace falta en este momento.

Pero no es todo, la sociedad ha comenzado también por exigir que sí hay un verdadero saqueo de las arcas del estado, que también los responsables sean sujetos a proceso y que respondan por sus malas acciones.

Hasta ahora, solo dimes y diretes, han sido surgido por todas partes, pero no hay una seria investigación de quienes tienen esta responsabilidad de hacerlo para saber exactamente si estamos frente a un verdadero daño patrimonial o simplemente es un acto más de las consecuencias políticas que han imperado en los recientes meses en toda la entidad.

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APENAS HACE UNOS cuantos días habíamos comentado que el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, era un hombre rudo en sus relaciones políticas y personales y que por lo tanto se había enfrascado en conflictos políticos que lo habían puesto en serios aprietos.

Decíamos también que el gobernador electo parecía haber entendido que los enfrentamientos políticos y personales, no le convenían por ningún motivo y que todos los ataques recibidos eran parte de la misma controversia política electoral que se había gestado desde antes de que se llevaran a cabo las elecciones gubernamentales del mes de junio pasado.

Pero no, ahora se sabe que entra nuevamente en conflicto con el actual dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, por declaraciones hechas en su contra, precisamente por el líder tricolor.

Hay que recordar que los pleitos de cualquier naturaleza, pero que tengan que ver directamente con el grupo que se encuentra en el poder no le podrán traer buenos resultados, porque las decisiones finales están a cargo de quien manda a nivel nacional y este puede ser el pretexto para no darle a Veracruz, los beneficios que le corresponden, más cuando se sabe que las condiciones económicas de la entidad, son tan pésimas que se habrá de requerir, como el mismo gobernador electo, lo ha externado, rescatar a la administración, aplicándoles los recursos necesarios para poder salir de los graves problemas en que los dejará la administración saliente.

Si Miguel Ángel Yunes Linares está dispuesto a trabajar por Veracruz, rescatándolo verdaderamente de los graves problemas económicos, políticos y sociales en los que se encuentra ahora, será necesario dejar los conflictos y los enfrentamientos políticos, porque éstos resultaran estériles ante las necesidades prioritarias de todos los veracruzanos.

Yunes Linares, por lo tanto, debe aguantar las verdes y las maduras, pues lo importante es Veracruz y los veracruzanos.

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HAN SIDO TANTOS los paros de protesta que se han llevado a cabo en todas las dependencias del gobierno del estado, que ya en finanzas, han de estar esperando que todo mundo se anote y aparte la hora y fecha en que le corresponda tomar las instalaciones.

Lo mismo debería suceder en la Sedarpa, donde el titular de dicha Secretaría, Ramón Ferrari Pardiño, ha de estar pensando en vender los espacios que se encuentran frente a su dependencia y con dichos recursos salir un poco adelante de todos los compromisos contraídos con los productores del estado, así como de las diversas organizaciones que le exigen el pago inmediato de todo lo que se les debe.

La verdad es que los paros son acciones de todos los días que han venido afectando seriamente a los habitantes de la capital, que en principio han aguantado en virtud de que han estado de acuerdo en que haya protestas positivas que buscan solucionar un problema económico, político y social, pero que a largo plazo, terminan, también, por protestar por la serie de inconvenientes, tanto en lo vial, como en lo personal y pérdida de tiempo indispensable para las actividades cotidianas.

Pero así es Veracruz, ahora.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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