YA COMIEZAN LOS grandes jaloneos por las posiciones políticas y administrativas que estarán en juego a partir del primero de diciembre, bajo el gobierno bianual del Ex priista y ahora bien fajado panista, Miguel Ángel Yunes Linares.

Aunque las definiciones en materia postelectoral, no han concluido del todo, los tiempos se van acercando con toda precisión para dar paso a la verdadera sucesión gubernamental, es decir, el momento en que el nuevo gobernador electo, tome las riendas del Estado, de su administración, sobre todo, que ha sido el tema de mayor recurrencia en la actualidad.

Pocos son los que piensan que podría darse un contrasentido a la hora de la solución a los recursos interpuestos contra el Gobernador electo de Veracruz.

Y es que, independientemente de las definiciones que se puedan dar a conocer, hay que entender que el pueblo veracruzano, esta de por medio. Fue el mismo que el cinco de junio, decidió darle paso a la alternancia en la entidad veracruzana, con otro gobierno que supere sus propias exigencias.

De ahí que comienzan a surgir los aspirantes a ser funcionarios del próximo gobierno. De ambos lados de la coalición de partidos que ganó las elecciones, se muestran intereses y se lucha por situarse en lugares estratégicos, tanto para la política como para el manejo de los recursos públicos de Veracruz.

Sin embargo, como es de precisarse, es el PAN, quien habrá de quedarse con la buena parte del pastel, pues ellos son los que ahora sienten que el poder ya lo tienen en las manos y los pobres perredistas, conformarse con las posiciones escogidas para ellos.

Así es la política. A nadie deberá extrañarle lo que viene.

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HAY CONFIANZA EN Miguel Ángel Yunes Linares, de que habrá de ser un gobierno diferente. Tiene la experiencia para hacerlo.

Aunque siempre ha sido un hombre rudo, ha tenido que aprender que la rudeza formó parte de su propia defensa ante los difíciles momentos que ha pasado.

Sin embargo, para gobernar es diferente. La sensibilidad política deberá prevalecer para poder transcender en el Gobierno y ser la base del futuro político de la entidad.

Aspira a mantener su poder político en Veracruz, pero eso tiene costo, sobre todo, ante un pueblo que clama diariamente por justicia, por tranquilidad y seguridad, así como mejores oportunidades de vivir.

Ya los tiempos del desorden deben quedar en el pasado. Son ahora los tiempos del resurgimiento de un pueblo que siempre ha tenido la esperanza de un mejor porvenir, de una vida digna y de un futuro más prometedor, consciente de que más de una vez se ha equivocado en las urnas, pero que puede levantarse para seguir siendo el verdadero y único protagonista de la historia.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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