Si algo se fue se fue de prisa fue el año; un suspiro, infalible, en términos geológicos; la vida pública, incluida, cierra plagada de incidentes que dan la sensación, a pesar de hechos relevantes, de marcada indiferencia e incredulidad social ganadas a pulso por la pesada estructura burocrática.
La clase gobernante –excepciones las hay- parece encantada y estancada en el discurso de constantes loas a las reformas estructurales que de tanto, saturan a la audiencia. Al contrario, la mayor parte de ellas van a paso de tortuga sobre todo las puntales: energía y educación, la primera por causales externas y no pocas internas –deudas billonarias de las empresas productivas del estado, o sea CFE y Pemex- y la segunda porque ordena aspectos administrativos aunque en calidad y perspectivas globales, como dijo el nuevo rector de la UNAM, Oscar Graue, queda ambigua y muy lejana de consolidar aún.
Las sombras de la Casa Blanca, Ayotzinapa, Tlatlaya y la fuga del Chapo Guzmán del máximo penal de seguridad, siguen a todas partes a los mandatados y revertir resulta todo un dilema, aun cuando cada uno de los casos, excepto el primero, hay procesos judiciales muy avanzados y hasta a punto de concluir.
En la esfera externa, el exceso de petróleo en el mercado –avalado incluso por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)- deja con expectativas a la baja hasta el año siguiente, por tanto, el gobierno ha tenido que hacer un presupuesto base 0 que incluye, en el fondo, menos inversión a infraestructura (y hasta educación) y que es lo que hace posible impulsar en alguna medida empleo.
Agustín Carstens se salva en políticas emprendidas por gobiernos priistas desde Miguel de la Madrid –en el inter los panistas Fox y Calderón- y hasta la fecha, al contener la inflación y de manera acertada la flotación del peso frente a la divisa del dólar, aunque a ver ahora que hará cuando ya anuncian en la vecina nación del norte, de la cual cuasi vivimos, alza en las tasas de interés, cuando las de aquí, ahí si le falla, los bancos multinacionales, las tienen más que alzadas.
Se seguirá el año entrante con la llamada agenda del cambio que tanto requiere el país, con las reformas en marcha; ahora será lo que concierne a abatir en la medida de lo posible la corrupción que tanto daña la economía nacional y que hacen de México una de las imágenes adversas que tampoco se han podido revertir. Ni se diga de esa fuerte impunidad en un país que registra sólo 10 por ciento de denuncias de ilícitos y ya con ese porcentaje los discos de las computadoras de los ministerios públicos y de los juzgados están a su máxima capacidad y reposando, hasta que les hacen el clic.
Eso sí, el año que inicia será de gran jaloneo económico y ni se diga el político, cuando habrá elecciones en 13 entidades, 12 de gobernador, y en donde por ejemplo la de Veracruz se pondrá, como se dice, de a peso, por tantos rejuegos de poder que se avecinan.

Atraque 1: Arturo Escobar, ex subsecretario de Gobernación y alto dirigente del Partido Verde Ecologista de México, chico pirrurris de quítense que ahí les voy, cuate del niño mayor, ya no ve la suya y hasta los bolsillos trae rotos. Sabe que esta fuera porque ya está difícil que lo readmitan en el gobierno federal, su caso no está cerrado a causa de sus andanzas de cochupos electorales. Ahora su partido está acusado de una operación inmobiliaria de ese organismo a nombre de un particular, Marco Antonio de la Mora, amigo y quien fuera suplente del también ex legislador federal. Ya le avientan al Verde una multa de 85.5 millones de pesos, que habrá de pagar de sus prerrogativas, esto es de los impuestos de la población. Y no es cualquier cantidad.

Atraque 2: Los delegados del PRI en Veracruz decidirán quién será el candidato a gobernador y diputados locales en 2016, de acuerdo con el consejo político celebrado el domingo anterior. Ya se sabe que la terna se centra entre los senadores José y Héctor Yunes y el dirigente de ese organismo, Alberto Silva. El centro será determinante en la decisión. El gobernador Duarte de Ochoa, muy a su estilo personal, hace de las suyas y ahora hasta dijo que con el pueblo hay matrimonio y no acostón, a saber pues el pueblo ni enterado.