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Mota viene, mota va
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2015-11-07 - 08:37
Los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) tomaron una decisión el miércoles cuatro que, por más que digan que sólo involucra a cuatro individuos y se les permite sembrar cannabis (marihuana o mariguana) para su uso personal, lo cierto es que abre la puerta a la legalización futura, no sólo de esta hierba “inocua” (al decir de los marihuanos), sino de las demás drogas más pesaditas, incluyendo las artificiales de fabricación química. Los aficionados a ese enervante no tienen más que utilizar el mismo formato de petición de amparo, cambiarle los nombres, y pronto tendremos miles, si no es que millones, con autorización para sembrar la droga para su uso personal. Si la SCJ sentenció así en este caso, va a tener que otorgar el amparo a todos los que lo pidan de la misma manera. El único congruente que votó en contra fue el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo (mi felicitación y bendiciones para él), que se opuso con el argumento cimentado en la ley, de que esas personas van a tener que cometer un delito al adquirir las semillas para sembrarla.
Ridículo resulta que mientras se aumenta el impuesto a los refrescos azucarados y se combate fanáticamente el consumo de tabaco por razones de salud, se autorice el consumo por motivos de diversión de la marihuana.
El fumar cannabis tiene las mismas consecuencias cancerígenas que el fumar cigarrillos de tabaco, y aún más; porque para alcanzar el efecto deseado, el humo de la marihuana se inhala más profundamente y se retiene más tiempo en los pulmones. Y, por supuesto, a los mismos efectos dañinos del tabaco en el cuerpo, debemos agregar el efecto enervante que ya daña a terceros tanto como el alcohol.
¿Se ha dado cuenta, estimado lector, la obsesiva campaña contra el fumar tabaco? Ya no se permite fumar prácticamente en ningún lado. Y está bien, porque el tabaquismo provoca serios daños a la salud. Sin embargo, en cuanto a las drogas se está yendo en sentido contrario. Y lo mismo sucede, como mencioné, con los intentos de disminuir el consumo de refrescos azucarados, golosinas y hasta el tradicional pan de dulce.
Nadie sale y atropella a alguien por haberse tomado tres refrescos de cola o por haberse fumado 10 cigarrillos de tabaco; pero, ¿por haber ingerido alcohol o fumado marihuana? Demás está decir las consecuencias ya conocidas.
Uno de los argumentos que esgrimen los partidarios de la legalización de dicha hierba (hierba mala, como dicen los Tigres del norte) es que el alcohol es legal, a pesar de que causa más daño que la marihuana. Y es cierto. El consumo de alcohol solamente (haciendo a un lado por el momento a las demás drogas) causa estragos en la sociedad mexicana: disolución familiar; accidentes vehiculares frecuentemente mortales; violencia intrafamiliar; debacle monetaria personal y familiar; violencia de pandilla, homicidios. (Como caso ejemplar deseo citar, de paso, al de los dos jóvenes futbolistas del equipo Necaxa que, el pasado 16 de agosto, al salir de una discoteca, acosaron a una muchacha. Un joven acudió valientemente en su defensa y los dos futbolistas lo golpearon hasta mandarlo al hospital mal herido. Los dos acosadores y agresores fueron detenidos. El joven agredido murió el martes tres, así que los detenidos pasan a ser homicidas. Las autoridades se encargarán de poner en su lugar a victimarios y víctimas. Tragedia cuádruple: un muerto; dos jóvenes promesas del deporte con su vida arruinada porque seguramente pasarán sus buenos años en la cárcel, y la joven mujer con el daño moral correspondiente por el simple hecho de haber estado involucrada en tan lamentables hechos. Sí, pero hay que recalcar un hecho, y que es el meollo de haber sacado a relucir este caso: los cuatro involucrados en este asunto de violencia mortal se encontraban en un antro de vicio y los cuatro estaban alcoholizados. Esta tragedia nunca hubiese sucedido sin el consumo de alcohol, y los dos jóvenes seguirían adelante con su carrera futbolística, el joven héroe [aunque briago también] seguiría vivo y la muchacha sin el trauma.)
Y el daño terrible y horrible que el consumo de alcohol causa entre obreros, campesinos, y en general, entre las persones de menores recursos. Lo mismo: adulterios, divorcios, incestos, hechos de violencia, asesinatos; enfermedad y muerte por cirrosis hepática y otros padecimientos de origen etílico, etc. Y hay que recalcar que este sector de la sociedad no consume las demás drogas; con el alcohol basta y sobra para su ruina moral y material.
Sin embargo (volviendo a los fans de la mota), la solución no es autorizar y legalizar algo igual o peor que el alcohol, sino la prohibición total también de éste. Sí; hay que decirlo con todas sus palabras. Se suele tildar de extremistas (lo menos) a los que nos pronunciamos por la prohibición total de las bebidas alcohólicas (ley seca general y permanente, pues). Sin embargo si, por ejemplo, los países árabes pueden, México (y cualquier país por ende) no tiene por qué no poder. Nuestro gobierno debería analizar por qué países como Arabia Saudita e Irán tienen cero problema de alcoholismo y drogadicción. Al permitir su producción, venta y consumo, el gobierno pone al alcance de la niñez y la juventud el alcohol; los menores sólo necesitan algún lángara que ya haya cumplido los 18 años de edad (o 21, según el caso) para que les compre las bebidas alcohólicas; y lo mismo va a suceder si se legalizan la marihuana y las demás drogas.
Además con el cannabis ocurre lo mismo que con el alcohol: constituye el paso hacia drogas de más fuerza por el fenómeno de embotamiento; es decir, que por el consumo habitual la sustancia va perdiendo el efecto enervante deseado, y entonces se busca otra de mayor impacto. Pregunten a cualquier adicto a la heroína, al LSD o al éxtasis si no empezó con el alcohol y/o la marihuana.
Respecto a la decisión de cuatro de los ministros de la SCJ (con la excepción admirable del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo), resulta bastante cuestionable filosóficamente, éticamente, moralmente, que constituya un “derecho humano” el que un individuo pueda destruir el propio cuerpo y mente.
Pregunten a los directores de centros de rehabilitación de alcohólicos y drogadictos. Nadie con más autoridad que ellos para opinar al respecto.
Recuerda: vive la vida al natural; no consumas alcohol ni otras drogas.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.
raulgm42@hotmail.com

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