Dicen que el ejercicio del poder provoca severos efectos en quien lo ejerce, los cambios conductuales de muchos emperadores, reyes, príncipes, dictadores, presidentes, gobernadores han quedado inscritos en el largo pasaje de la historia, quizá como fiel recuerdo de que practicar la política es más un tema de formación y preparación, más que una simple suerte circunstanciada.
Para el gobernador Javier Duarte, detentar el poder le transformó la vida.
Sostenía Ortega y Gassette su filosofía basado en la afirmación “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” y pareciera que es la misma que intenta practicar el gobernador Duarte, solo que por desgracia, el tiempo se le vino encima.
Por increíble que parezca en el Veracruz “que ya cambio” no se termina de entender que en política las acciones no son solo meras ocurrencias que se atajan al pasar, son en esencia el resultado de la construcción de circunstancias, producto de la conciencia y por supuesto del empleo de la inteligencia respecto al asunto a tratar.
En la política, como en el universo, todo cumple un ciclo y forma parte de ese escenario elíptico – circular, que provoca que hoy estés en el extremo y mañana te vuelva a acercar, es sin lugar a duda producto de ese movimiento traslacional que da el ejercicio y la practica pública.
La enésima intentona de construir una versión que forcé o intente hacer creer que el senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla ha roto su alianza con el también senador priista Héctor Yunes Landa, simplemente esboza el terror que produce saber que el poder se extingue y que la rendición de cuentas les habrá de alcanzar.
Hasta este día, las versiones de que Yunes Zorrilla habría pactado un acuerdo o alianza con el gobernador Duarte, han sido reiteradas y constantes.
Solo que olvidaron un detalle, el peroteño es hombre de palabra, de principios, y por supuesto de congruencias.
En política no puedes salir un día a decir que el cielo es azul y mañana pretender querer cambiarlo a rosa, porque así conviene a quien detenta el poder.
La política no es de ocurrencias.
Los veracruzanos sabemos de la nula y escasa capacidad para ejercer una comunicación institucional con verdades, por el contrario, a esta administración lo que le ha saltado es precisamente eso, la falta de verdades.
Al duartismo se le está presentando el mismo escenario que enfrento el ministro de Propaganda Nazi, Joseph Goebbels, quien afirmaba que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, solo que ellos si tenían claro que mentían, y aquí, se las creen.
La crisis de credibilidad institucional, han provocado que muy pronto se dé un nuevo enroque en el área de Comunicación Social, este será para finales del mes si es que les alcanza el tiempo, pues el tal Pavón que resultó Paloma, simplemente no logró hacer el click con los directivos de los medios, mucho menos con los comunicadores, a los que siempre despreció.
Es así como de nueva cuenta el gobernador Duarte mandará al ruedo a Enrique Ampudia para que ocupe dicha cartera y con ello se busque al menos intentar recomponer la ya muy dañada imagen gubernamental, para ello, ha solicitado la asesoría del periodista capitalino Mariano Riva Palacios, quien estaría asesorándole en la encomienda.
Mientras tanto, que quede claro, Pepe Yunes no rompe alianzas, ni pacta en lo obscurito.

Al tiempo.

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