Este miércoles se dio a conocer la información de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el INEGI, el pasado mes de septiembre de 2015.
Para sorpresa de los expertos que aseguran que la información comparada con el mismo periodo del año anterior no fue significativa; en los hechos si tiene datos relevantes, como por ejemplo saber que el 68 por ciento de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro.
Y es que es el fiel reflejo de lo que permea entre la sociedad, esa sensación de temor a salir y no saber si regresarás a tu casa, porque en cualquier momento, te asaltan, secuestran o simplemente te levantan para no regresar más.
En la danza de cifras que proporciona el INEGI se afirma que por ejemplo, que en los últimos tres meses, ha escuchado o ha visto en los alrededores de su vivienda situaciones como consumo de alcohol en las calles (73.2%), robos o asaltos (66.6%) y vandalismo (57.6%).
Según el INEGI lo que se pretende medir es la sensación de inseguridad por temor al delito, la expectativa social sobre la tendencia del delito, la atestiguación de conductas delictivas o antisociales, el cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito, así como la percepción del desempeño de las policías Preventiva Municipal, Estatal, Federal y la Gendarmería Nacional como autoridades de seguridad pública.
Y en ese sentido las cifras hablan por sí solas; mire el 65.8 por ciento cambio sus hábitos tras haber sido víctima de un delito; respecto a “llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito”; mientras que 58.5 por ciento señaló que modificó sus hábitos respecto a “permitir que salgan de su vivienda sus hijos menores”; 50.2 por ciento cambió rutinas en cuanto a “dejar de caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche” y 30.4 por ciento cambió rutinas relativas a “visitar parientes o amigos”.
A pesar de los esfuerzos la seguridad es y seguirá siendo el factor preponderante para que una sociedad de continuidad a un gobierno, detrás de ella está la falta de empleo, lo que para el gobierno duartista no es nada favorable.
El propio senador Héctor Yunes afirmó que el tema de la inseguridad se ha convertido en el factor lacerante que de la mano del desempleo colocan a la entidad como la segunda región del país que más genera despidos al alcanzar poco más de 18 mil en lo que va del año.
Si a estos resultados, sumamos los eventos de secuestros a funcionarios, ciudadanía, homicidios, robos, violaciones en Veracruz, la sensación es terrorífica, pues los ciudadanos se preguntan de que sirvieron las carretonadas de recursos que el gobierno estatal inyecto al tema de la seguridad.
A pesar de las versiones en contra del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, desmintiendo el hecho, este martes vecinos y conductores que viajaban sobre la carretera Xalapa – Veracruz a la altura de Plan del Río perteneciente al municipio de Emiliano Zapata, observaron con terror la caída de un helicóptero Bell del Gobierno del Estado matrícula XC-VER --empleado de manera eventual por el mandatario estatal-- el cual afirman abría sido bajado de los aires por las extrañas fuerzas del crimen organizado.
Se sabe ya que al interior del Congreso del Estado el tema de la inseguridad ha comenzado a gestar divisiones y es que por un lado están el grupo de legisladores encabezados por José Ramón Gutiérrez de Velasco que se atreven a solicitar un incremento del 25 por ciento al presupuesto en la materia a pesar de los nulos resultados.
Y por el otro, el bloque que se resiste y que lidera nada menos que el presidente de la Junta de Coordinación Política el maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien ha comenzado a rascarle las tripas al gato para vía su tesorero Serafín Hernández Sagahon investigar en la zona conurbada de Veracruz dentro del propio Registro Público de la Propiedad y de Comercio, la cantidad y clase de propiedades en manos del ex legislador panista a su nombre y al de su esposa.
De igual modo se busca saber cuántas y cuáles empresas tiene vía actas constitutivas, pues se sospecha de que detrás de esta petición existen alguna clase de compromiso.
Y mientras la sociedad se cuestiona ¿y la seguridad… cuándo?

Al tiempo.

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