Buena señal la del Contralor General de Veracruz en el sentido que el gobierno del Estado está solventando sus cuentas.
Se da en momentos del peor descrédito nacional para Veracruz y que el mismo Congreso de la Unión, llama a la PGR a ejecutar órdenes a directamente involucrados.
En comentarios anteriores dábamos cuenta que la llegada de Ricardo García Guzmán, al aparato representaba, en modo alguno, la garantía de un cierre lo más ordenado posible.
Habrá que recordar que el hoy Contralor General siempre guardó una cercana relación con el titular de la Auditoria Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, un hombre probo que no acepta negocios bajo la mesa.
García Guzmán desde su toma de posesión responsabilizó a su segundo de a bordo, Antonio Gómez Pelegrín, mantenerse en la ciudad de México como enlace entre el gobierno del estado y la ASF.
Gómez Pelegrín desde esa posición de cercanía y un diálogo ininterrumpido encontró los caminos de definición de pasivos y solventación cuya resultante fue que el gobernador Javier Duarte lo designara como Secretario de Finanzas y Planeación.
Hoy el tema involucra las cuentas públicas 2011 2012 y 2013 por montos que alcanzan los 42 mil millones de pesos, sin embargo, el tema –ya politizado- alude la cuenta del 2013, que ha dado lugar a la urgente intervención de las autoridades ministeriales.
Pero en oportunidad invaluable salió al paso García Guzmán para informar que se han logrado solventar 5 mil 200 millones de pesos por las observaciones de la ASF 2013.
Restan 800 millones por justificar o devolver para cumplir con el requerimiento legal, aunque en los hechos despivota la presión generada en su entorno.
Una jugada hábil, sin duda, de parte del ex alcalde de Pánuco, quien justamente fue designado para cumplir dos tareas: enderezar el barco de la administración duartista atajando la imparable escalada de corrupción que se venía dando en el aparato, y cumplir con los tiempos y revisión de cuentas equivalentes al dinero entregado por la federación.
De paso destraba un conflicto político electoral que a menos de cuatro semanas amenazaba a tres candidatos priistas a diputaciones federales señalados como responsables del quebranto financiero.
Algo queda, sin embargo.
García Guzmán sale al quiete, pero aún hay cuentas pendientes flotando en la incertidumbre de la nada, no solo por los pasivos de las cuentas públicas 2010-2011-2012 y la que viene 2014, sino por la urgencia de aclarar por qué se endeudó de tal forma a Veracruz en el último lustro.
El tema no es menor. Estamos hablando de entre 80 mil y 140 mil millones de pesos de deuda.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo


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