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Garcimarrero, candidato de la muerte
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2015-05-06 - 09:29
Hoy que la sociedad está tan crispada, que los partidos políticos y candidatos se mueven en las falsas promesas y propuestas irreales, bien vale la pena voltear a quien desde La Parroquia y con 35 pesos en la bolsa para un café, aspira a representar a los jalapeños en el Congreso de la Unión.
Magno Garcimarrero no es rico, pero que brillante e ingenioso es; no trae proyectos de asombro, pero que buenas bromas hace; es pobre y no va a hacer rico a sus electores ¡Por Dios!
El solo es el candidato a diputado federal por la coalición PT-PRD, por Xalapa urbano. El mismo que asegura que su campaña es de humor, de tal modo que “si no gano, al menos me divierto”.
Acompañado de reducido equipo de trabajo, con su jefa de prensa, Sandra Martínez Villa y su "pistolero" Luis Alberto Lindo, está cierto en no confiar en las campañas en calle, de casa en casa, pues para los ciudadanos es molesto recibir a políticos en sus casas o en los lugares donde realizan sus actividades cotidianas.
Con característico sarcasmo comenta que debido a sus proyectos de iniciativa de Muerte Asistida y Voluntad Anticipada, ya lo denominan "el candidato de la muerte".
No obstante, asegura que todavía no mata a nadie pero debido a la situación actual que se vive en Veracruz, "no crean que no me dan ganas".
Magno Garcimarrero considera que tiene aceptación en el electorado donde lo reciben de buena manera, admite que hace campaña de café porque los que no salen de ahí son los reporteros.
"Los reporteros dicen que por qué nada más voy al café, nosotros vamos a otros lados pero ellos sí nada más van al café, porque a los recorridos en las colonias o los tianguis, no llegan, yo no me los encuentro caminando ni en el los mercados", así que vamos a donde están ellos, dice con una gran sonrisa.
"Visiblemente he perdido dos o tres kilos de pesos y 49 mil pesos de la cartera. Me dijo mi mujer, que es bien fijada, que ya no tengo nalgas. Yo me veo en el espejo más prietillo por las asoleadas. En mi oficina y en los partidos que me apoyan todo mundo habla de la fiscalización rigurosa a que estamos sometidos… y yo protesto porque se me hace injusto que me fiscalicen el gasto de mi dinero”.
“Es el colmo: para usar mi viejo auto de siempre, he tenido que firmar un contrato donde yo lo pongo a disposición del partido. Ayer que yo quería mandar un anónimo ofensivo a uno de mis contrincantes, me topé con la exigencia de que el anónimo requería de cuando menos dos firmas. No sé si a los partidos gordos los medirán con el mismo rasero, o sólo son acciones disuasivas para la moralla".
Garcimarrero no solo es humorista y un extraordinario literato, es un político que va por el cambio y “por la morralla”, como él mismo dice y no tiene empacho en pedir a Elízabeth Morales García que si ella se lleva la diputación federal aproveche sus propuestas.
Xalapa hoy está inerme.
A merced de la ruindad de un partido, el PRI, que propone a lo peor de la sociedad para que lo represente. Atasca de dinero a su aspirante por la capital del Estado, una ex alcaldesa de deplorable reputación. Le pone el aparato a su servicio y se apresta a la compra del voto.
La sociedad civil, sin embargo, está despierta y así como hizo ganar al perredista Uriel Flores la diputación federal desde La Parroquia, en venganza en contra del PRI, hoy Garcimarrero acude a santiguarse al mismo cafetín en espera del 7 de junio.
Garcimarrero con mucho es mejor propuesta que la que encarna la priista, quien a pulso se ganó el repudio ciudadano de la sociedad jalapeña que ya se le unió… pero en contra.
Y ahí a la vista de todos está Magno, un hombre querido y respetado, uno que no guarda empacho en dar a conocer sus bienes patrimoniales que no pasan de una modesta casa en el centro de Xalapa, un terreno barato en Alto Lucero, su carro viejo y su raquítica pensión del IPE que no paga con puntualidad… “y de eso sólo la mitad es mío, ya que estoy casado por bienes compartidos… ya ni llorar es bueno”.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo



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