28 de Abril de 2024
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EL EVOCADO CHURCHILL
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2014-12-06 - 09:29
Casi a finales del sexenio pasado, el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en reunión con sus colaboradores, se comparó con el ex primer ministro británico Winston Churchill, por una mal referencia de analogía por su lucha contra la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Calderón hizo el comentario que Churchill también fue acosado y señalado como él, “por una corriente de opinión titubeante de las decisiones de aquellos terribles años”, aseguró el ex mandatario en aquel encuentro que sostuvo con sus colaboradores en la ciudad de México.
Aunque no quedó claro si realmente quiso establecer una comparación con el político británico o nada más se trató de la sola referencia, fue criticado por los presentes por tan discordante comparación. Le hubiera ido mejor si hubiese emulado a algún político mexicano, más de acuerdo con las circunstancias de ese momento y más acorde con lo que el ex presidente pretendió enviar como mensaje al pueblo de México y al mundo político internacional.
Y es que, de inicio, Sir Winston Leonard Spencer Churchill fue conservador, considerado el último de los grandes estadistas del mundo, siempre recordado por su rara habilidad para predecir los acontecimientos futuros.
Algunos de los que escucharon aquellas palabras del ex mandatario, se preguntaban sobre algún punto de coincidencia con el británico. Pues no hallaron alguno.
El político británico, a lo largo de su brillante carrera, fue el hombre más popular y el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo.
Durante años, Churchill fue algo así como la voz de la conciencia de su país, una voz que sacudía los espíritus y les insuflaba grandes dosis de energía y valor. Su genio polifacético, además de llevarlo a conquistar la inmortalidad en el mundo de la política, lo hizo destacar como historiador, biógrafo, orador, corresponsal de guerra y bebedor de coñac; y en un plano más modesto como pintor, albañil, novelista, aviador, jugador de polo, soldado y propietario de caballerías.
Pero continuando con la intención de encontrar similitudes entre ambos personajes, por lo que públicamente se sabe de Calderón Hinojosa, podría poseer no más de dos de las características que se le atribuían a Churchill.
Claro, habría una más que tal vez sea la que movió al ex primer mandatario a hacer esa inusitada comparación: que ambos combatieron algo. Calderón lo hizo contra la delincuencia, y el conservador Churchill lo hizo contra el nazismo.
En su momento, Churchill previó con extraordinaria exactitud los acontecimientos que desencadenaron la Primera Guerra Mundial y el curso que siguió la contienda en su primera etapa. Sus profecías, consideradas disparatadas por los militares, se convirtieron en realidad y sorprendieron a todos por la clarividencia con que habían sido formuladas.
Calderón no logró convencer a nadie sobre el control sobre la delincuencia. Tal vez porque su afirmación la sustentó en una lógica diferente y hasta abstracta.
Pareciera que el significado del vocablo “triunfo” que en aquel entonces quiso darle el ex presidente, habría que entenderlo inversamente al revés. Quien realmente ganó la batalla fue la delincuencia. Es aterradora la cifra de muertos con la que cerró su administración.
Aquéllos, más los que van en la actual administración, descomponen los criterios y los conceptos, que de facto entran en esa escala de confusiones y deliberaciones encontradas.
En todo caso, había otra frase más ajustada a la comparación: “Sangre, sudor y lágrimas”, que inmortalizara el hombre de la fulgurante carrera política en un discurso a los ingleses en plena guerra contra los nazis, en referencia a los costos sociales de su pueblo.
Esa frase, que bautizara a un grupo musical de los 60, también se puede seguir aplicando en México con algunas leves modificaciones: Mucha sangre, mucho sudo r y ríos de lágrimas; con un final cada vez más lejano y un triunfo cada vez más controversial.
Qué oportuno sería formularle la siguiente pregunta al visionario político inglés, gran estadista y también famoso por sus predicciones políticas y sociales: ¿En una lucha interna el que va perdiendo, al final puede ganar, o es simplemente al revés?

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