Fue el pasado 19 de septiembre cuando el gobernador Javier Duarte confirmó que Gerardo Buganza sería el mejor garante del cierre sexenal desde la Secretaría de Gobierno.
Y ello no fue sólo por el papel que desempeñó los dos primeros años en que estuvo al frente de la Segob, sino porque blindó y transparentó los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Convenció a la opinión pública en los momentos más difíciles.
Y es que la atención nacional estaba puesta en Veracruz. Tenía en la mira al gobierno de Duarte. Sospechaba de todo, particularmente de las licitaciones para la realización de la infraestructura deportiva.
Que si fueron preferenciadas; que si la empresa Expectra y sus filiales habían ganado licitaciones y simulaciones, y que si los baños del “Pirata” de la Fuente no estaban terminados y quién tenía las llaves de los sanitarios.
Todas verdaderas “revelaciones” informativas.
Sería, sin embargo, Gerardo Buganza, en su calidad de secretario de Infraestructura, la dependencia que en los últimos 10 años fue la más corrupta, hoy saneada por el cordobés, quien saldría a dar la cara en el programa radial de más audiencia de México, el de Carmen Aristegui. Fue el 19 de septiembre.
Ahí ardió Troya.
La aguda periodista quiso crucificar al funcionario, pero éste se revolvió, le dio la vuelta, argumentó, la invitó a visitar las instalaciones deportivas y le dejó muy en claro que el trabajo lo realizaba con transparencia y siempre supervisado por el centro, ya que los recursos eran de carácter federal.
Y lo que siguió, pues lo que siguió es que las aguas alcanzaron su más bajo nivel dando paso a una espectacular inauguración vista por más de 100 millones de personas.
Y como en política todo tiene un premio, es decir, toda factura se paga, el Ejecutivo del estado ya le confirmó a don Gerardo –porque ahora, a la vista de los de su clase, es el “Don”– pues que este ingeniero de profesión por el cual nadie apostaba, será el factótum del equilibrio político de Veracruz desde la Secretaría de Gobierno.
El cambio se sucederá en un par de semanas.
Con ello el arranque de definiciones; una de ellas será llevar a buen puerto los dos más importantes eventos del fin de sexenio: las elecciones de 2015 y la sucesión gubernamental de 2016.
Tocará de nueva cuenta a este caballeroso político equilibrar las fuerzas políticas en las jornada comiciales y ser el garante de la paz social.
Por lo pronto y en lo que se lleva a cabo la transmisión de mandos, el aún secretario de la SIOP prepara su propuesta de cambios. “¡Habrá sorpresas!”, comentó en corto.
Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo