"La belleza es el esplendor de la verdad” - Platón

¿Por qué los ciudadanos debemos esperar a ver una ciudad capital de calidad y de altura al rango que ostenta?, ¿por qué sólo cuando existen eventos de importancia las autoridades se esmeran en embellecerla?, ¿cuántos Juegos Centroamericanos y del Caribe tendrán que pasar para que esto ocurra?
Y no es sólo para la capital del estado, sino para todas las ciudades de Veracruz, las cuales mostraban un abandono y un desprecio a su imagen por parte de todas las autoridades de gobierno.
Pero volviendo a Xalapa, la belleza de sus calles, lo adornado y arreglado de sus jardines le vuelven a dar ese aire de realismo mágico que encantó en su momento a Alexander von Humboldt y le otorgó el rango de la “Ciudad de las Flores”.
Los xalapeños debimos padecer pésimas administraciones, como la de David Velasco Chedraui, por ejemplo, que jamás hizo nada por rescatar y embellecer la ciudad.
También las ocurrencias de Elízabeth Morales estando al frente de la administración municipal, dieron por mucho al traste con su belleza; preocupada más por complacer a la reinis en turno, tuvo la brillante idea, como toda ella, de pintar murales, como si con base en el grafiti estaría la solución.
Después alguien le comentó que existió una vez una ciudad enigmática por la belleza de sus jardines colgantes, y entonces, su brillante imaginación le dio para pensar que cualquier barda, muro o pared era escenario ideal para colgarle cuanta maceta o arbusto le viniera en gana.
Claro, no le explicaron que se llamaba Babilonia y no Xalapa, esa ciudad enigmática, pero eso sí, cuando le dijeron cuánto deberían pagar por el servicio de mantenimiento de sus dichosos jardines colgantes o verticales como le dio por llamarlos, no dijo que le costarían a los xalapeños la ínfima cantidad de un millón de pesos al año, nada más…
En fin con las postrimerías de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe, la capital de Veracruz renace de entre sus cenizas y muestra una vez más por qué es considerada una de las ciudades más bellas del país.
A ver si ahora también sus ciudadanos muestran un poco de cultura, y dejan de ensuciar las calles con cuanto desecho les sobra, porque también la capital ostenta el mote de la “Ciudad de la mugre”, y si no pregúntele a Cesar del Ángel y sus 400 Pueblos el muladar que dejan, cada vez que se les ocurre protestar.
Porque una cosa es estar sucio por necesidad, a ser cochino por afinidad, y esta última le va bien a algunos ciudadanos que les encanta mostrar su impronta cultura.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo