29 de Abril de 2024
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A RÍO REVUELTO...
GILBERTO SERNA
2014-10-11 - 10:36
No se sabe el leitmotiv de quienes llevaron a cabo tremenda atrocidad. Eran jóvenes inocentes, tanto, que fueron obligados a escarbar sus propios lechos mortuorios en el duro y empedrado suelo de una serranía. Así construyeron, sin percatarse, un monumento a la desidia, al olvido, a la marginación. Caminaron entre cardos, abrojos y cardenches, como ocurrió en toda su corta vida. Cuáles serían sus pensamientos en esos momentos de pesar. Quizá se preguntaban, ¿cuáles serían las razones para conducirnos a ese agreste lugar?, si agreste habían vivido toda su vida ellos que aún eran muchachos imberbes y durante su breve existencia se comportaron como tales. La pobreza los rodeó toda su vida. Su comportamiento obedecía a sus impulsos naturales de quienes sólo han probado el acíbar de la vida.
A las mujeres hace tiempo se les terminaron las lágrimas, piden tan sólo con humildad que les regresen a sus hijos. Saben que la policía uniformada de Iguala se los llevó después de tirotearlos, cuando viajaban en un autobús. Sus familias confían en recuperarlos pues en otras ocasiones los han soltado sin mayores trámites. Queda sin contestar la pregunta de por qué, quien haya sido, tomó la drástica decisión de privar de la vida a esos estudiantes normalistas. Los muchachos no habían, con su conducta, ido más allá de armar un borlote. No obstante esta vez fue diferente, alguien dio la orden, no se sabe por qué, de que fueran conducidos a las cercanías de un lugar conocido como Pueblo Viejo, al que se llega caminando por una estrecha vereda de fango que se encuentra entre una densa vegetación tropical.
Si usted acude al lugar donde se ubican las fosas, lo primero que le hará saber que se está acercando es un fuerte olor a putrefacción. Son fosas clandestinas casi a ras de tierra y surge de nuevo la pregunta: ¿qué perseguían los autores de estas muertes? No hicieron nada para ocultar los asesinatos. Confiar en que los policías no hablarían sería creer que la luna es de queso. De ahí que pareciera exactamente lo contrario. Alguien quería que el suceso fuera del dominio popular, en todos sus detalles, ¿por qué?, y volvemos a tratar de entender. No encuentro palabras contundentes que me ayuden a explicarme por qué ocurrió. A menos que se tratara de hacer a la luz del día un hecho vergonzoso. Quizá es resultado de estar acostumbrado a la impunidad que ha penetrado hasta lo más profundo del ser humano.
Ojalá se resuelva este embrollado asunto. Se debe buscar una solución con humildad, con la humildad del que sabe qué razón lo acompaña. ¿Cuál es la razón, causa o motivo de este desaguisado? Desde luego las locuciones no van a desentrañar la interrogación de ¿por qué? Habría que saber qué pretenden lograr quienes orquestaron esta tragedia. ¿Pretenden pescar a río revuelto? Creo que así es, pues metafóricamente significa que cuando más enredado está todo, se pueden sacar ventajas, en veces no tan santas. En fin, usted querido lector, después de leer lo aquí escrito, tendrá una mejor opinión.

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