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LA PLUVIOSILLA - Adán Cabral Sanguino
DÍA DEL NIÑO EN MÉXICO: PERSPECTIVAS Y AÑORANZA
2023-04-29 - 16:46

Adán Cabral Sanguino


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Nostalgia de una niñez perdida


El Día del Niño es una celebración oficializada a nivel nacional el 30 de abril de 1924, siendo presidente de la República Álvaro Obregón, y titular de la SEP, José Vasconcelos. Esta decisión fue tomada con la finalidad de lograr reafirmar los derechos de la niñez y crear una infancia acorde a un desarrollo humano pleno e integral, toda vez que la Asamblea General de la ONU declaró el 20 de noviembre de 1959 el Día Universal del Niño, fecha en que se aprobó también la Declaración Universal de los Derechos del Niño y, posteriormente, la Convención de los Derechos del Niño (1989).


Ahora bien, grosso modo, hasta la década de los ochenta, se decía que México era un país de jóvenes. En esa época, un niño mexicano tenía oportunidad de vivir 26 años más que en 1940, pues su esperanza de vida se había incrementado de 40.4 a 66.2 años. Abundaban los infantes y la población crecía, sin problemas, hasta llegar a los 128.4 millones de mexicanos que somos actualmente, a pesar de las continuas campañas de reducción de natalidad con el lema “pocos hijos para vivir mejor”.


Profecía autocumplida


No obstante, en la actual historia demográfica que estamos escribiendo, el escenario de sus protagonistas ha cambiado radicalmente: ahora somos una nación que envejece de manera vertiginosa con menos nacimientos y mayor esperanza de vida.


Y es que, según datos del Censo de Población y Vivienda, en 2020 residían en México 25.2 millones de personas de 0 a 11 años, los cuales representaban el 20% del total de personas en territorio mexicano (128 millones). Su distribución por sexo fue 12.4 millones de niñas (49.3%) y 12.8 millones de niños (50.7%).


La proporción de niñas, niños y adolescentes (entre 0 y 14 años) en nuestro país ha disminuido en los últimos años mientras se ha incrementado la población de adultos y adultos mayores, con una tendencia sostenida de una edad mediana de la población cada vez mayor que hoy en día se sitúa en 29 años, conforme a la información dada a conocer por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), lo cual está provocando que la pirámide poblacional siga la propensión de reducir su base, mientras que continúa el crecimiento tanto en el centro como en la parte alta.


Los embarazos del confinamiento


La disminución de la fecundidad se debe a varios factores: mayor nivel educativo, inestabilidad laboral, costo económico y oportunidades de procrear. Aunque, al mismo tiempo, se presenta un serio problema de embarazo adolescente, por lo común, en zonas rurales, aunque también a la baja. En general, las mujeres postergan cada vez más el nacimiento de su primer hijo; hay parejas que lo tienen a los 40 años; además, el intervalo entre sus descendientes se amplía, en ocasiones, hasta 10 o más años. Sin embargo, a raíz de la pandemia, se registran embarazos no planeados, de los cuales apenas se elaboran estimaciones. Podría evidenciarse un “baby-covid-boomer”; es decir, un pico en la natalidad como el que se dio después de la segunda guerra mundial, ahora en la pospandemia, y sobre todo en áreas urbanas, donde el confinamiento en los hogares fue mayor (Verónica Montes de Oca, 2021).


 Perspectivas


Estas proclividades son frecuentes a nivel mundial, pero, en el caso de México, representan un tema de serio análisis académico que exige la implementación de políticas y programas para garantizar el acceso a los servicios de salud antes, durante y después del parto. Si bien, México ha tenido avances considerables en el abatimiento de la mortalidad infantil, aún persisten rezagos importantes, de manera que el esfuerzo para evitar los decesos infantiles está lejos de poder considerarse concluido.


Es impostergable la promoción de acciones de política pública encaminadas a proteger a la adolescencia y la infancia contra la violencia; promover una alimentación saludable y una cultura del deporte, sabiendo que, según la OMS, ocupamos el primer lugar en obesidad infantil; gestionar mejoras en la reglamentación del uso de las vialidades; implementar un programa integral de prevención al suicidio durante la adolescencia, entre otras estrategias, pueden coadyuvar significativamente a reducir decesos prevenibles en este rango de edad, considerando, por ejemplo, que 2,786 niñas y niños de entre 6 y 11 años perdieron la vida en México durante 2021.


Los niños no son el futuro de nuestro país. En especial, la generación Alfa que será 100% digital. Son el presente. Y requieren de nuestra inmediata atención.


 


 

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