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Catemaco con embrujo de violencia
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2016-11-14 - 15:23
Los hechos violentos de Catemaco fueron actos de terrorismo, más que de una protesta social.
Un embrujo de violencia.
Pero, ¿quién está atrás de los disturbios?.
¿Fuente Ovejuna?.
Fuente Ovejuna es un pueblo de España, donde una noche de abril de 1476 todos los habitantes del pueblo adoptaron ese apellido para matar a Hernán Pérez de Guzmán, Comendador Mayor, a pedradas, por los agravios que les había hecho. La corona envío investigadores que torturaron a muchos, tanto hombres como mujeres, y la única declaración que obtuvieron fue “Fuente Ovejuna lo hizo”.
El episodio trascendió a la historia porque fue tomado como base por el dramaturgo español del Siglo de Oro, Lope de Vega Carpio para hacer la obra teatral de ese nombre “Fuente Ovejuna”.
Así, ahora resulta que fueron todos y que no fue ninguno.
El pretexto de los disturbios fue la desaparición del sacerdote José Luis Sánchez Ruiz, a quien buscan vincular con esta organización, por una lucha en contra de la CFE. Incluso José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, reconoció que el presbítero abandera esa causa.
Pero el párroco apareció, “fue abandonado con notables huellas de tortura”, señala el comunicado emitido por el obispo de la Diócesis de San Andrés Tuxtla, Monseñor Fidencio López Plaza.
Y la iglesia católica se deslindó de los actos vandálicos, además nada acordes con lo que debe ser la actitud de un católico.
Pero en este caso también es raro, más que raro, la lentitud con la que se movieron las fuerzas del orden, porque sólo hasta las 5 de la mañana, 17 horas después de iniciados los disturbios, la policía entró a Catemaco. ¿Porqué hasta esa hora?.
¿Por qué tardaron tanto?.
¿Por qué secuestraron al cura?.
¿Por qué lo torturaron?.
¿Por qué?.
¿Por qué?
José Nabor Nava Holguín, el secretario de Seguridad Pública del estado debe explicar esto, con puntualidad.
La violencia presuntamente fue desatada por una organización denominada Organización del Gobierno Autónomo Indígena (OGAI) que dirige Wilfrido Reyes Martínez y en la cual también participaron miembros de Antorcha Campesina.
Pero Wilfrido niega su intervención y afirma que sólo llegó de apoyo de la manifestación inicial y que los disturbios nada más los vio, junto con su gente y que no participaron.
Entonces, si no fueron ellos, ¿quién fue?.
¿Fuente Ovejuna, otra vez?
Pues el alcalde Jorge González dice que sí, que fue él.
Wilfrido tiene antecedentes de diversos actos violentos, lo cual incluso provocó que el 7 de agosto de 2015 fuera detenido por ataques a las vías de comunicación, denunciado por la Policía Federal, tras distintos bloqueos hechos en carreteras federales.
Ese mismo día cerca de 120 personas tomaron las instalaciones de la PGR en San Andrés Tuxtla, buscando liberar a Wilfrido y otras 4 personas, y causaron diversos destrozos y después bloquearon la carretera entre Catemaco y San Andrés Tuxtla.
A Catemaco también llegaron huestes de Antorcha Campesina, pero a ellos no se les liga con los disturbios. ¿Por qué?, ¿no intervinieron?.
Ahora con estos disturbios con olor a actos terroristas, a Catemaco llegó el gobernador interino, Flavino Ríos, un día después de los hechos, y se reunió con el obispo y con el vicario Martínez Cruz, en una sesión en la que también estuvieron el Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, el secretario de Seguridad Pública, el residente municipal de Catemaco, Jorge González Azamar, el presidente municipal de San Andrés Tuxtla, Rafael Grajales y el subsecretario de Gobierno, Víctor Garrido Cárdenas.
¿Qué tanto hay de implicaciones entre el caso de la CFE y los disturbios de Catemaco?.
La Fiscalía General del Estado tendrá una buena cantidad de trabajo.
Lo ideal sería que a la brevedad se emita un informe sobre el por qué del secuestro y tortura del sacerdote, quiénes fueron los causantes del terrorismo, los daños que se causaron al patrimonio municipal de Catemaco, al registro civil e incluso a la casa del alcalde, y que relacionan tiene todo esto entre sí.
Pero lo más seguro es que Luis Ángel Bravo dejará correr esto hasta que se vuelva un caso más que requería de atención urgente y a fondo y que con el tiempo no habrá forma de desembrollarlo. Hasta ahora esa ha sido la tónica de su trabajo, por completo ineficiente, porque fue puesto en el cargo para proteger a la banda del fidelato y para atacar a sus contrarios.
¿Los terrenales de Catemaco tuvieron injerencia en los disturbios?.
Difícil saberlo.
¿Quiénes fueron los atacantes?.
La Fiscalía del estado lo debe dilucidar con certeza.
¿Lo hará alguna vez?.
Los terrenales no confiamos en Luis Ángel Bravo.
(Si quiere usted leer completa esta magnífica obra de Fuente Ovejuna de Lope de Vega, la encuentra en https://goo.gl/WGVWM6 )
Juez: Ese muchacho aprieta. Perro, yo sé que lo sabes. Di quién fue. ¿Callas? Aprieta, borracho.
Niño: Fuente Ovejuna, señor.

Juez: Que os he de matar, creed, en ese potro, villanos. ¿Quién mató al Comendador?
Pascuala: Fuente Ovejuna, señor.

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