Y luego dicen que los damnificados por las inundaciones no tienen llenadera ¡sí, ajá!
El pasado martes el presidente Peña Nieto señaló en un evento que “ningún presidente del país se levanta por las mañanas pensando ‘cómo joder a México’, sino cómo hacer bien las cosas”, esto, en el marco de su tremenda obsesión porque se hable “bien” del país, ya que para él, el origen de todos los males está en los críticos que no “reconocen” su trabajo.
Pero dejando de lado los traumas del mexiquense, aprovecharemos su lapsus con el ánimo de parafrasearlo y demostrar que hay gobernantes que si se levantan con el objetivo de chingar al prójimo.
Un caso paradigmático es el de la “pareja” gubernamental que hasta hace unos días asoló durante casi seis años al estado de Veracruz, han sido más perniciosos e inicuos, que la suma de todos los huracanes que han azotado las costas jarochas desde que se tiene registro.
Veamos.
Un día de 2011, Javier Duarte despertó con la urgente necesidad de tener una lancha “digna de su investidura” para asistir a las festividades de la Virgen de la Candelaria en Tlacotalpan, luego entonces, se adquirió una embarcación Aquariva Super de fabricación italiana con un costo de 790 mil dólares.
Otro día la gobernadora consorte, Karime Macías, amaneció deprimida porque no tenía alhajas de “la estatura de su vida”, por lo tanto, presurosos, los testaferros acudieron a las mejores joyerías y compraron prendas acordes al origen de la “realeza” coatzacoalqueña. En una ocasión, un anillo de 185 mil dólares y aretes de 40 mil ¡faltaba más!
Una noche de insomnio, Javier estaba pensando en el futuro y se preguntaba ¿qué será de mí, Karime, mis hijos y demás familiares? Los chaneques noctámbulos le hablaron al oído: crea tu fondo de retiro. Sin dudarlo dos veces, antes de pararse de la cama llamó a su gurú fiscalista y le dijo: necesito una vejez feliz.
Comedido, su asesor creo “empresas fantasma” para con ellas poder comprar propiedades en Miami, Woodlands, Houston, Ixtapa-Zihuatanejo, Valle de Bravo, CDMX, New York y un sinnúmero más de ciudades.
El pequeño problemita es que todos estos “lujillos” y los que no están mencionados, salieron del erario público veracruzano. No hay medicinas, becas, pensiones, desayunos escolares, obra pública, pago a proveedores y todo lo que gusten agregar, con tal de que el dúo dinámico viviera de acuerdo a su “investidura”.
¿Apoco no estaban dedicados en cuerpo y alma a jodernos?

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