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Contención oficial
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2016-06-18 - 08:51
Tras una semana de ataques, fue el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado quien salió al paso para defender a la actual administración estatal y decir que el periodo de transición inicia el 1 de noviembre y que las declaraciones del gobernador electo se reducen a "declaracionitis".
En las últimas dos semanas, Miguel Ángel Yunes Linares se ha dedicado a lamerse los bigotes, afilarse las uñas para ir tras el cumplimiento de sus promesas de campaña, pero solo en los medios de comunicación, al grado de exigir que le entreguen cuentas por adelantado de la administración pública estatal.
En ese contexto mantiene, en los medios, arriados a los actuales y aún administradores de Veracruz, desde el gobernador Javier Duarte, su familia y hasta los titulares de cargos autónomos como la Comisión Estatal de Derechos Humanos y la Fiscalía General de Veracruz.
La lumbre mediática ha alcanzado hasta al suegro del gobernador Duarte, Tony Macías quien por su cuenta se defendió y aseguró que no le tiene miedo a las auditorias anunciadas por Miguel Ángel Yunes Linares.
Pero fue hasta este fin de semana que el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado sostuvo que las declaraciones de Yunes Linares se reducen a simples declaraciones basadas en una continuidad de la campaña y con fines mediáticos al margen de los tiempos legales de la transición.
Cuando Dante Delgado Rannauro le entregó en su calidad de gobernador interino a Patricio Chirinos Calero la administración pública estatal, aún dentro del mismo partido, fue hasta el último día de la administración, eso lo sabe muy bien Miguel Ángel Yunes Linares porque fue el encargado de recibir los portazos en el rostro, tal vez por eso, después, el ex gobernador Delgado pisó la cárcel de Pacho Viejo.
Hoy se vive una situación similar solo que con actores diferentes, de un lado, pero con el mismo Miguel Yunes Linares como protagonista principal, con el poder de gobernador electo, de manera directa y no como mandadero como sucedió en 1992.
En esta ocasión, Yunes Linares se adelantó a pedir cuentas desde el día que ganó la elección y en las dos semanas siguientes, su exigencia ante una débil administración duartista ha germinado y nadie salió al paso, hasta este viernes.
La debilidad y desgaste de Javier Duarte de Ochoa se refleja en ese abandono de su equipo y de sus aliados, de sus diputados locales, federales y senadores que no lo cobijan, por el contrario lo dejan completamente solo.
En el caso de los senadores, José Francisco Yunes Zorrilla y Erika Ayala Ríos se justifica porque no son posiciones de él, pero los diputados federales sí, desde Tarek Abadalá, Jorge Carvallo, el coordinador Erik Lagos, Edgar Spinosso y hasta el sangre pesada de Marco Antonio Aguilar Yunes, nadie sale en su defensa.
Por eso es que tuvo que ser el secretario de Gobierno quien salió en defensa para tratar de contener a Miguel Ángel Yunes Linares, pero la contención no fue suficiente y se esperan nuevas respuestas.
A Yunes Linares se le cuecen las habas por conocer las finanzas y los estados que guardan muchas áreas de gobierno, desde administrativas como la administración de la justicia, pero al igual que hace unos años cuando acompañó a Patricio Chirinos que tuvo que esperar hasta el último momento legal, tendrá que esperar ahora, y al igual que hace años su sed de venganza se incrementará.
Mientras que el gobierno actual, busca ganar tiempo para refugiarse en los entes autónomos como la Fiscalía y la Comisión de Derechos Humanos, aunque no es una garantía de salvación, por lo pronto hasta el mejor helicóptero del gobierno fue asignado al fiscal.
Los vientos de cambio soplan y es un hecho que Yunes Linares está obligado a cumplir sus promesas, solo falta ver a quién o a quiénes meterá a la cárcel.

plumanegra12@gmail.com

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