18 de Mayo de 2024
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ASTROLABIO POLÍTICO - Luis Ramírez Baqueiro
Nulidad de lo absurdo
“Hay cosas que para saberlas no basta haberlas aprendido.” – Séneca.
2016-06-10 - 09:47
En verdad que en Veracruz no podemos dejar de sorprendernos, la capacidad de asombro se multiplica en la entidad con tan solo observar a los políticos priistas arañar con desesperación una posible nulidad de la elección del pasado 5 de junio por verdaderos absurdos.
Pero vamos por partes.
En primera instancia la sorpresa causada por la derrota en las urnas dejó en los actuales funcionarios estatales un pasmo de asombro que los dejó catatónicos por espacio de al menos 48 horas.
Y es que si observamos cronológicamente lo sucedido encontraremos la clave de esta soberana torpeza, pues confirmado por un alto funcionario del gobierno estatal, la noche del domingo 5 de junio en Casa Veracruz, el escenario era de un verdadero funeral ya entrada la madrugada del mismo lunes 6, nadie articulaba palabra, mientras el gobernador Javier Duarte, trinaba de coraje contra los responsables –Gabriel Deantes y sus mapaches, por cierto renunciado para intentar levantar la calabaza que dejó su soberbia actitud de gurú electoral-de la operación política.
El fundamento vertido por la dirigencia estatal del PRI que aún preside Amadeo Flores Espinosa, junto con sus partidos satélite, que sirvieron para juntos hundir el proyecto duartista, pretenden sostener la nulidad de la elección en el hecho de que el número de votos nulos alcanza los cerca de 90 mil votos y todos afirman son a favor del priista Héctor Yunes.
Pero desde ahí el fundamento es un absurdo, primero porque el número de votos nulos pudo resultar producto de la anulación voluntaria de los ciudadanos que públicamente externaron su inconformidad pues afirmaron a través de diversos sondeos de opinión que ninguno de los candidatos llenaba sus expectativas.
Segundo, si afirman que existen 90 mil votos nulos a favor de su candidato por una confusión del votante al cruzar la boleta por uno o más partidos políticos, en el mismo escenario estaría el vencedor de la contienda, que también es emanó de una coalición, por lo que el mismo porcentaje de margen de error se aplicaría al caso.
Tercero, la causa de todo este arguende es la simple urgencia de salvar el pellejo, pues tanto partidos políticos coaligados o no, estarán en el escenario de la pérdida de su registro, lo que les impediría seguir viviendo a costa del pueblo de Veracruz, vía las prerrogativas.
Cuarto, muchos de los actores involucrados tanto funcionarios públicos, como militantes del PRI que participaron, se estarían jugando ingresos, pensiones, y hasta porque no decirlo, notarias, como en el caso del mismo Flavino Ríos Alvarado.
Quinto, es tan absurda la suposición de declarar una nulidad, acusando de un mega fraude de parte del Organismo Público Local Electoral (OPLE) es la más estúpida versión que podíamos escuchar, pues resulta simple revisar la prensa, y el origen de quienes encabezan el organismo, cuando se ha señalado hasta la saciedad, que fueron colocados a modo por el propio Ejecutivo vía el recientemente renunciado Gabriel Deantes –el Tlacuache Electoral-.
Sexto, es increíble observar el ridículo que están haciendo los priistas al pedir voto por voto, casilla por casilla en los conteos distritales, cuando fueron los principales críticos de dicha petición por parte de Andrés Manuel López Obrador durante el proceso electoral del 2006.
Séptimo, pensar que los veracruzanos somos estúpidos atenta contra la inteligencia, -se me olvidaba, que estos si los son- y resulta absurdo que piensen que nos tragaremos ese cuento.
Octavo, la nulidad de la elección provocaría un escándalo nacional de proporciones inimaginables, que al presidente Enrique Peña Nieto no le conviene enfrentar con los partidos políticos nacionales de oposición, mucho menos, cuando aún existen leyes secundarias de las diversas reformas estructurales que propuso el Ejecutivo, sin ser aprobadas.
Noveno, en las democracias se gana y se pierde, pero pareciera que a los priistas, les da el síndrome del americanista derrotado, ese que les da a los aficionados al Club América de Futbol, y que es no reconocer que se los chingaron.
Décimo, la razón de una nulidad provocaría un estado de ingobernabilidad en Veracruz, de proporciones inimaginables, pues nadie en la entidad, quiere un PRI de regreso, y no porque sea mal instituto político, ni mucho menos su extraordinario candidato, sino por una factor de hartazgo generalizado a consecuencia de una actitud soberbia, soez, aberrante, de quienes formaron parte de la última administración estatal, que se enriquecieron a todas luces a costa de la pobreza, la salud, el trabajo y la inversión de la entidad.
Si encuentran más fundamentos, pues esperemos nos den una mejor versión porque para terminarla de embarrar, fueron los priistas los causantes de la peor de las guerras sucias de las que algún mexicano tenga memoria, por lo que ofende sinceramente el argumento irreverente y soez pretextado para tan absurdo dicho.
Dicen por ahí, sigan tatemando al muerto, para que llegado el momento, retorne la muerte con la guadaña afilada y de un solo golpe se cobre todas y cada una de las afrentas, y entonces si poder decir, pero que necesidad, cuando tan solo pedir la nulidad resulta absurdo.

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com
Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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