25 de Abril de 2024
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Los gallos… y un pollo, para diputados por el PRI
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2016-02-09 - 08:57
Se empezó a desgranar la mazorca.
La dirigencia del PRI en armonía con su aspirante a la gubernatura Héctor Yunes Landa abrieron las puertas de los 30 distritos electorales en disputa conjuntando jóvenes y maduros para garantizar un congreso estatal afín al proyecto de reconstrucción de Veracruz.
Los primeros nombres de quienes van firmes por una diputación local la encabezan Víctor Rodríguez (ayer desayunó con Héctor), Rodrigo Montoya, Víctor Arcos, Carla Enríquez Merlín, Natalia Callejas y Luis Antonio Pérez Fraga, entre otros.
Hoy, sin embargo, en este espacio no me ocuparé de esos “gallos”, solo del “pollo”.
Flaco, esmirriado, dicharachero como buen jarocho y tan rápido para aparecer y desaparecer las cosas, así conocí hace 33 años a Luis Antonio Pérez Fraga, conocido en el bajo mundo de la política como el “Pollo”.
Nunca supe que haya puesto güevo alguno, creo que porque era pollo. Jamás profirió frase alguna que no fuera acompañada del joeputa y en una guerra de chistes está bien cabrón ganarle.
Siempre quiso ser como Pedro Navajas, pero nunca tuvo para comprarse un diamante para incrustárselo en el colmillo y le venía verdaderamente guanga la oposición panista cuando se trataba de ganar una elección, la del puerto sobre todo, su tierra… o más bien su agua.
Dante lo acercó con don Fernando, quien al igual que al bembón de Ramón Ferrari, lo adoptó y lo hizo diputado federal en el 88, antes líder juvenil.
El pollo siempre fue un chismoso pero de catego de la política. Te la puedes pasar horas y horas y no te cansa. Y te platica de la política y de más política y cuando termina te vuelve a platicar más política.
Al pollo siempre le gustó el desmadre. El es un reverendo desmadre, siempre acompañado de un buen trago hasta que un día, hace poco, su hijo Luis Fernando le grabó desde su celular la peda que traía y va usted a creer que al otro día cuando se la mostró le dio tal vergüenza que dejó el trago para siempre.
“¡Es que me veía de la chingada en el video… y lo que decía; no, no no!”, recordó hace no mucho ante Carlos Darío, Selem y Ernesto Aguilar Yarmuch y quien esto escribe.
Luis Antonio no fue cualquier diputadete.
Fue “don Pollo” en los noventa. Fue vicecoordinador de la LIV legislatura del Congreso de la Unión y por azares de la política se ligó al salinato y a Luis Donaldo Colosio.
En esa cima este flaco de oro -dejémoslo en flaco al ya haber uno- casó en los noventa en la pomposa Hacienda de Los Morales de Polanco llevando como testigos de honor a Fernando Gutiérrez Barrios, Luis Donaldo Colosio, Dante Delgado Rannauro y Guillermo Jiménez Morales, que no eran cualquieras.
Don Fernando, Secretario de Gobernación, Colosio Secretario de Sedesol y posterior candidato presidencial, Dante Delgado, gobernador y Jiménez Morales, líder cameral del Congreso de la Unión.
Su carrera se trunca al dejar Gobernación don Fernando y ser asesinado Colosio –el Pollo siempre ha sido gente de lealtad- y recibir tremenda traición de Guillermo Herrera, quien ya para entonces estaba con Dante.
El Pollo es un poco de odios, es jarocho… nunca le ha perdonado a Guillermo Herrera su falta de hombría al propinarle un baño de descrédito ante Dante tras manifestar su pretensión de aspirar a la dirigencia de Convergencia.
Con el retiro voluntario se mete al negocio de los espectáculos llevando a Veracruz toda la alegría de la salsa. Luego un restaurante y otro y este pollo navajas con su bigote fino y sombrero de lao, se convierte en un ícono porteño ¿te acuerdas de Rubén Blade, hermano?
Años después, ya en el 2000 y desmarcado del partido naranja es invitado por Fernando Gutiérrez Barrios para que le coordine su campaña por el Senado, justo contra Dante. El pollo se va de la mano de Toño Selem –brutalmente inteligente- y planchan al ya para entonces desacreditado ex gobernador Dante Delgado, hechura de don Fernando a quien traiciona.
El pollo no migra al DF. Se queda en su tierra y ahí le va bien… bueno no tan bien porque su compañera, aliada, amiga, esposa y domadora Dorita Roura lo mete al orden; le ataja todos los días la vagancia y lo pone a chambear en su último negocio, Cerocruda –delicia en mariscos- allá por Díaz Mirón, junto al Gaucho, en lo que mejor le sale, las relaciones públicas.
Todos los días la fondita que parece restaurante, se llena de políticos “mi mole” en la marisquería. En “Cerocruda” todo se alterna con la grilla y con sus escritos que pergeña para Notiver.
Titulado “Las co-mentadas” escribe: “Si como decía Celia Cruz, la Vida es un Carnaval, ¡que fea vida vivimos! pues ahora en los paseos, en lugar de que corran ríos de carcajada y alegría, corren los de cerveza, alcohol y madrazos… Siguen derrochando decenas de millones en ¡artistas! y en carruajes alegóricos gastan solo miles…. los salva únicamente los y las jarochos con su alegría y desmadre y las comparsas por su profesionalismo reflejando meses de trabajo previo en práctica y coordinación (ellos si ensayan y se preparan), pero los carros alegóricos están... D.S.P.M”.
Ese es el pollo –un día tuvo copete, un poco necio como el de don Fernando a quien le provocaba mucha risa verlo ya que a él también le decían “Pollo” cuando era joven-. Es Luis Antonio Pérez Fraga, quien en los últimos 40 años ha sido amigo de uno que se acaba de sacar la lotería, Héctor Yunes Landa.
Lo quieren hacer diputado local, pero en realidad lo que él quiere es ser el “pollo bronco” de Veracruz y jugar la alcaldía porteña como candidato independiente.
Si supiera que el 2017, como él mismo dice, estará D.S.P.M.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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